Conoces el dilema. Un tranvía fuera de control se aproxima por un carril donde hay cinco personas atadas. Hay una palanca. Tú lo estás viendo. Si tiras de ella, salvas cinco vidas pero el desvío implica que intervienes en la muerte de una persona que está atada en la otra via.
¿Qué haces?
¿Matarías a una persona para salvar a cinco?
Por un lado parece matemática pura, cinco vidas parecen mejor que una. Por otro lado, a partir de entonces cargarías con la responsabilidad directa de haber matado a una.
El dilema tiene sus versiones. ¿Cambia algo que esa persona es tu pareja, amiga o un familiar?
Un equipo de psicólogos de Bélgica ha traslado el dilema a un escenario real, aunque sin rieles ni personas. En un laboratorio, de uno en uno, les plantearon el dilema original a 200 estudiantes voluntarios.
En el experimento, había una máquina de electroshocks conectada a dos jaulas. En una había cinco ratones y en la otra un ratón. Si no hacían nada, una descarga eléctrica sacudiría a los cinco roedores. Si presionaban un botón, se administraría al ratón solitario. Tenían 20 segundos para decidir, no sabían que en el experimento al final no se aplicarían descargas a ninguno.
El 84% de los participantes acabó presionando el botón. Sin embargo, lo interesante es que estos resultados no coinciden con este mismo dilema planteado hipotéticamente. Este equipo de investigadores también había preguntado a otro grupo de voluntarios -sin jaulas y sin roedores- si presionarían el botón para librar de las descargas a cinco ratones pero ensuciándose las manos y causándole la descarga a otro. El 44% dijo que no presionaría el botón.
Los autores del estudio argumentan que las investigaciones que se vienen haciendo del dilema hipotéticamente, aunque es valioso para comprender la cognición moral, “tiene poco valor predictivo para el comportamiento real”. “Los estudios futuros deberían investigar el comportamiento moral real junto a escenarios hipotéticos”, escriben.
No reflexionamos igual que actuamos en caliente.