La Isla Rey Jorge es la más grande de las Islas Shetland del Sur, y se encuentra a 120 kilómetros de la Antártida, está cubierta sólo en parte de hielo, una de las razones por las cuales muchos países del mundo eligen este lugar para instalar sus estaciones científicas. Todas juntas parecen un pueblo.
En el verano, una gran cantidad de científicos llegan a la base chilena “Profesor Julio Escudero”. El ambiente en esta es como el de un resort para vacaciones, cuenta la agencia AFP.
La Antártida no es un continente ordinario y si quiere conocerlo hay reglas estrictas: no puede levantar ni una planta sin autorización y no puede estar a menos de tres metros de los animales, pero si uno de ellos se le acerca, bajo ninguna circunstancia puede tocarlo.
Al estar tan cerca de la Antártida, la temperatura es soportable, entre los 0 y -5 grados Celsius. Aquí existe la regla de las “tres capas”: ropa interior larga, ropa de lana y luego los pantalones y las parkas (abrigo).
Aquí el hombre es un intruso y los animales no dejan de recordárselo. Los skuás, ave marrón de mar, hacen sus nidos y no dudan en advertir a los visitantes cuál es su lugar, y los elefantes y leones marinos pueden rugirle muy fuerte si se acerca demasiado. A los únicos que parece no importarles los humanos es a los pingüinos, que suelen estar a toda hora en la playa y se dejan filmar.