Fiel a los versos del poeta español Antonio Machado de que se “hace camino al andar”, una maestra rural cumple una travesía de dos horas cada día para llegar a su improvisado “salón de clases” en el sureño estado mexicano de Chiapas.
El salón donde Rosa Gómez, indígena tzotzil, se desempeña como educadora comunitaria bilingüe, ha sido “construido” en uno sector de la cancha de baloncesto de una escuela del municipio de San Juan Chamula.
Esfuerzo
Gómez se esfuerza diariamente para recorrer las verdes colinas de la zona de Los Altos de Chiapas para cumplir con su “tarea”: la enseñanza a los otros.
Con hojas grandes de papel y plumones en mano como herramienta de trabajo, Rosita, como la llaman, da clases a niños y madres de educación inicial en la comunidad Bajosil, en San Juan Chamula, lugar que atestigua su labor.