El productor cinematográfico estadounidense Harvey Weinstein, acusado por un centenar de mujeres de acoso y abuso sexual, fue inculpado en un tribunal de Nueva York el viernes por una violación en 2013 y una agresión sexual en 2004, una primera batalla ganada por el movimiento #MeToo.
Casi ocho meses después de que su fulgurante carrera se hundiera y de no aparecer públicamente, Weinstein se entregó en la comisaría de Policía de Manhattan a primera hora de este viernes, y una hora y media más tarde salió esposado, con las manos en la espalda, para ser escoltado hasta la corte distrital, ubicada no lejos de allí.
En una breve comparecencia, el juez confirmó las condiciones de su liberación bajo fianza, negociadas de antemano con su abogado, Ben Brafman: un depósito de un millón de dólares en efectivo, la obligación de usar un brazalete electrónico y la entrega de su pasaporte a las autoridades. Sus desplazamientos deberán limitarse a los estados de Nueva York y Connecticut.
El productor no hizo ninguna declaración. Pero Brafman dijo a periodistas que Weinstein, otrora una de las personalidades más influyentes de Hollywood y cuyas películas ganaron decenas de Óscar, “se declarará no culpable”.
“Tenemos la intención de actuar muy rápidamente para que sean desestimados estos cargos”, agregó el célebre abogado frente a la corte de Manhattan. “Creemos que no están respaldados con evidencia”. La próxima audiencia se fijó para el 30 de julio.
Son los primeros cargos penales contra el exproductor de 66 años, que hasta ahora ha negado haber mantenido relaciones sexuales “no consentidas”.