Donald Trump aterrizó en Gran Bretaña para su histórica primera visita oficial y declaró que la gente del Reino Unido “me quiere mucho”.
El presidente llegó al aeropuerto de Stansted, cerca de Londres, en el Air Force One, acompañado por su esposa Melania y varios trabajadores gubernamentales.
La pareja fue recibida por el embajador estadounidense Woody Johnson, el secretario de Comercio Liam Fox y un guardia militar, antes de ser trasladados en un helicóptero.
Su primera parada es la residencia oficial del embajador en Londres, Winfield House, que ha estado rodeada por un anillo de acero ultraseguro para mantener alejados a los manifestantes.
Luego irán al Palacio de Blenheim para cenar con Theresa May y un grupo de líderes empresariales.
El viaje no es una visita de estado en toda regla, pero verá al Presidente reunirse con la Reina por primera vez y contará con un recorrido por las casas históricas de todo el Reino Unido.