Cuando se dice que las labores de cocina no son adecuadas para los hombres, solamente tenemos que decir una cosa: parrilladas. El placer de comer un buen trozo de carne asada está al alcance de todos, pero preparar todo lo necesario para organizar una excelente parrilada es una grata sensación reservada para algunos varones.
Organizar una parrillada requiere planeación, atención y cuidado para que todo salga a pedir de boca. Todos podemos disfrutar ser invitados a una carne asada en parrilla y cómodamente sentarnos a esperar a que el anfitrión nos pase un plato con carne asada, guacamole, tortillas y una helada cerveza.
Pero a la mayoría de los hombres nos gusta ser el anfitrión de las parrilladas.
Ya sea marinar la carne, encender el fuego, preparar la parrilla o cocinar la carne, parece que las parrilladas siempre están a cargo de los varones. No es que no podamos disfrutar ver a una hermosa chica cocinando unas ricas costillitas, pero parece que la gran mayoría de las ocasiones la parrillada corre a cuenta de los hombres más varoniles.
Estudios de la fundación británica OnePoll han mostrado que el 51 por ciento de las mujeres opinan que es mejor que los varones se encarguen de las parrilladas, porque nos hace ver más masculinos.
Rhys Llywelyn, coordinador del premio inglés de Indicador de Protección Geográfica, también ha comentado que los hombres se sienten doblemente confiados en participar activamente en una parrillada y una tercera parte de los hombres están dispuestos a ser los anfitriones.
Un dato curioso de estos estudios es que los hombres son menos propensos que las mujeres a querer mejorar sus habilidades al momento de asar, porque confían que han dominado la técnica a la perfección.
Pero confianza no es igual a calidad caballeros ¿recuerdan la última carne asada a la que los invitaron y al momento de probar la carne pensamos “esto pudo haber quedado mejor si yo lo hubiera hecho”?
La práctica hace al maestro. Así que a organizar tantas parrilladas como sean necesarias.