La inclinación de la Tierra priva cada año durante invierno a esta ciudad de recibir luz solar durante más de dos meses.
El pasado 18 de noviembre fue el último día con algo de sol en Utqiaġvik, una ciudad al norte de Alaska. El sol no volverá literalmente hasta el próximo 23 de enero. 65 días sin un rayo de luz.
Esta ciudad, antes conocida como Barrow, experimenta lo que se conoce como noche polar. Un período de oscuridad en el invierno sin amaneceres que ocurre en los círculos polares, y que es especialmente llamativo en las pequeñas poblaciones que hay en estas latitudes.
Según explican en The Weather Channel: “El sol no se eleva en el Círculo Ártico debido a la inclinación de la Tierra lejos de la radiación del sol durante los meses de invierno”.
Utqiaġvik está a poco más de 500 kilómetros del círculo polar ártico y eso hace que la única luz natural que reciban en estos meses sea lo que se conoce como ‘crepúsculo civil’, el momento en el que el sol queda por debajo del horizonte, sin llegar a salir, pero que hace que haya algo de iluminación. Muy similar a la luz que se ve cuando vas conduciendo al anochecer.
La antigua Barrow cuenta con algo más de 4.000 habitantes, por lo que no es un pueblo perdido. Pero desde luego la vida de sus vecinos durante estas fechas cambia radicalmente.