El sacerdote católico y activista mexicano Alejandro Solalinde les recordó hoy a los migrantes centroamericanos que llegaron en caravanas a la ciudad mexicana de Tijuana de los riesgos de cruzar ilegalmente a Estados Unidos.
“Ya aprendimos que a la mala no se puede“, dijo Solalinde en un encuentro con migrantes centroamericanos que permanecen fuera de la unidad deportiva de Tijuana utilizada como albergue hasta su desalojo a principios de esta semana.
Les hacen saber las dificultades y peligros
El coordinador de la pastoral de movilidad humana Pacífico Sur de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) les hizo notar a estos migrantes las dificultades y peligros que supone cruzar a Estados Unidos en forma ilegal.
“Pueden entrar por la puerta, pero no por la ventaja“, afirmó el activista en una expresión que pretendió defender su derecho a pedir asilo y el deber que tiene Estados Unidos de recibirlos.
No obstante, agregó Solalinde, “se requiere de voluntad política del presidente de aquel país (Estados Unidos), el cual hasta el momento no la tiene“.
Lo peor ya pasó
Solalinde pidió a los migrantes esperar a que el presidente de Estados Unidos “se tranquilice, se calme“ y mientras tanto les pidió tomar medidas para mejorar sus condiciones.
“Lo peor ya pasó”, les dijo Solalinde antes de pronunciarse en contra de la forma en que fueron desalojados del lugar y anunciar que hará mesas de trabajo para buscar soluciones.
Les ofreció pedirle a las autoridades de Tijuana que les restituyan algunos servicios mínimos que les fueron retirados cuando el albergue fue cerrado y la mayoría de los migrantes trasladados a un nuevo refugio.
Solalinde criticó que ni las autoridades mexicanas ni la iglesia católica se hayan preparado para recibir a las caravanas de migrantes en Tijuana, el mayor punto fronterizo de México con Estados Unidos.
Con información de EFE
Edición: Sergio Méndez