Aprende a distinguir qué tipo de hambre tienes: es clave para adelgazar de forma inteligente
Distinguir entre el hambre física y el hambre emocional es clave para construir una relación saludable con la comida y, por consiguiente, disfrutar de un cuerpo sano y fuerte.
En este proceso, realizarnos cuatro preguntas puede ser muy útil para discernir el tipo de apetito que sentimos, como recomienda Huffington Post:
- ¿Quiero comer para darle energía a mi cuerpo o para sentir alivio o seguridad?
- ¿Mi estómago se está quejando o me siento frustrada, abrumada o asustada?
- ¿Estoy eligiendo alternativas nutritivas o comidas ricas en azúcar y grasas?
- ¿Estoy construyendo una relación saludable con la comida o una basada en ansiedad, miedo o culpa?
Conoce los distintos tipos de hambre que pueden existir:
1. Hambre por estrés
Puede suceder que nuestro cerebro quiera comer como medio de defensa ante problemas que nos causan estrés y ansiedad.
Si eres proclive a tener episodios de estrés, evita tener snacks procesados al alcance de la mano. En su lugar, puedes apelar a las frutas. También es recomendable que realices ejercicios de relajación para controlar el estrés.
2. Hambre nutricional
Es la respuesta física a la falta de alimento que suele venir acompañada por otros síntomas como irritabilidad, debilidad, dolor de cabeza, ruidos estomacales y niveles bajos de azúcar.
3. Hambre por distracción
Seguro que alguna vez comiste mirando la televisión, casi por inercia, sin prestar la más mínima atención a lo que llevabas a tu boca. Y, casi como por arte de magia, todo lo que estaba en tu plato desapareció sin que dejaras de sentir hambre.
Evita esta situación y apaga todas las pantallas en tu próxima comida. Saborea cada bocado, aprovecha este momento del día para interactuar con tu familia. Esta actitud no solo te hará más consciente de cada bocado y favorecerá la sensación de saciedad, sino que es una gran aliada para nutrir tus relaciones interpersonales y fortalecer tu salud mental.
4. Hambre emocional
Muchas personas sienten hambre cuando están enojadas, deprimidas o irritables. Pero la comida no logrará aplacar ninguna de estas emociones de forma permanente. Puede que brinde un empuje inicial, pero luego cederá a la culpa.
Por tanto, observa con más detenimiento tu estado interior y, en caso de sentir algún tipo de malestar, elige una actividad que te reconforte más allá de la comida: escuchar música, charlar con una amiga, mirar una serie cómica.
5. Hambre visual
Se despierta cuando observamos cómo preparan una receta o con las fotos de las revistas, de Internet y la publicidad de la televisión. Para reducirla, puedes moderar las cuentas gastronómicas que sigues en las redes sociales.