Cada año que termina, seguido del que comienza, se presenta como una oportunidad de empezar desde cero y hacer borrón y cuenta nueva.
Muchos realizan un listado de cosas que les gustaría cambiar o mantener como propósitos de Año Nuevo; sin embargo, conforme avanzan los meses, se comprueba que algunos no se pueden cumplir.
¿Es realmente una buena idea hacerse propósitos para este 2019 o cualquier otro año venidero?, los psicólogos opinan que no.
- Los propósitos no se suelen cumplir
No se les da el tiempo suficiente para desarrollarlos, piensa demasiado pero luego poner poca acción, se crean objetivos demasiado altos, a veces nos comprometemos a cosas que ni siquiera nos gustan, se da más importancia al resultado final que a cómo conseguirlo.
- Cuando no se cumplen, se genera mucha frustración
Se propuso un objetivo de un mínimo de tres días a la semana de gimnasio y solo fue dos días. Llega la decepción. Y todo por algo que se le ocurrió el 31 de diciembre sin saber muy bien el motivo.
- A veces las metas son imposibles
Por ejemplo, si se propone pasar menos tiempo en el trabajo y no es su propio jefe. Hay muchos factores que influyen para poder lograrlo y que se escapan a su control. Si le apetece cambiar algún aspecto de su vida, intente que sea algo que esté en su mano.
- Los propósitos de Año Nuevo suelen promover cambios de forma temporal
A veces nos proponemos tantas cosas, de tal envergadura o tal relevancia que solo las conseguimos mantener durante un tiempo limitado para luego volver a la situación anterior. Y aquí vuelve a figurar la frustración.
¿Qué podemos hacer?
Los psicólogos recomiendan dejar de hacer listas cada diciembre planificando todo lo que nos gustaría cambiar de nuestras vidas y pasar a la acción.
Es decir, planear menos y actuar más y sin ponernos fechas irreales. Es decir, que no hay que empezar el 1 de enero para que el 1 de febrero sea todo diferente sino que se puede comenzar todo en cualquier momento pero a un ritmo coherente y sin fecha de caducidad.
Con información de Glamour