La Universidad de Northwestern condujo una investigación que revela que la preferencia por las bebidas alcohólicas o con contenido de cafeína es genética
Podemos, de cierto modo, culpar a nuestros padres si somos ese tipo de persona que necesita una taza de café por la mañana. De igual forma, si no podemos pensar en un fin de semana sin un coctel.
Una investigación liderada por Marilyn Cornelis en la Universidad de Northwestern indica que la preferencia por estas bebidas es hereditaria.
El café y los licores contienen componentes psicoactivos que hacen sentir bien a quienes los consumen.
El estudio encontró que existen variantes de un gen vinculado a la obesidad y que es inhibidor de la sensación de saciedad. Las personas que presentan este tipo de variantes se inclinan más por las bebidas endulzadas, pero tienen menos riesgos de sufrir obesidad, demostrando además que tener este gen no implica sufrir sobrepeso.
El artículo titulado “La influencia genética de las preferencias alimentarias” explica ampliamente como factores ambientales y genéticos influyen en la preferencia de sabores en los individuos.