El rey del pop dejó un extraordinario legado ensombrecido por las acusaciones de abuso a menores.
Preguntarse quién sería hoy día Michael Jackson si su muerte no hubiera acaecido hace 10 años, ese jueves 25 de junio de 2009, tres semanas antes de su regreso triunfal para su ‘show’ ‘This Is it’ en Londres, resulta aterrador. Y lo es porque al repasar esa vida que se balanceó entre un éxito magnánimo e irrefutable, el más grande que haya tenido un artista, y su excentricidad, misterio, egolatría, inseguridad, fantasía, ambición, poder y polémica resulta inimaginable.
Michael Jackson sigue siendo una de las figuras más importantes e influyentes de la cultura popular en la historia de la humanidad. No hay exageración en ello. Su impacto en las décadas de los ochenta y noventa es aún increíble. El magnetismo que generó en su público y la histeria colectiva, que en la música solo se había vivido en los años sesenta con los Beatles.