El presidente estadounidense Donald Trump criticó el lunes en su debut en las Naciones Unidas la “burocracia” que paraliza la organización, aunque destacó su “gran potencial” y defendió profundas reformas.
“La ONU debe centrarse más en la gente y menos en la burocracia”, y buscar sobre todo “resultados”, sostuvo Trump en un breve discurso durante una reunión convocada para debatir las reformas que deben llevarse a cabo.
“La Organización de las Naciones Unidas fue fundada con metas verdaderamente nobles”, dijo tras recordar su relación personal con la institución que veía desde las ventanas de su rascacielos residencial Trump World Tower, de 72 pisos, situado justo frente a la sede de la ONU.
Pero “en años recientes no ha alcanzado su potencial total debido a la burocracia y a la mala administración”, afirmó el magnate inmobiliario, que en el pasado la denigró como un “club para que la gente se junte, charle y pase un buen rato”.
– Reducción de fondos –
Estados Unidos es el principal financiador de la ONU, creada hace 73 años -uno antes del nacimiento de Trump- al concluir la Segunda Guerra Mundial. Contribuye con un 28,5% del presupuesto de las operaciones de paz de 7.300 millones de dólares, y con 22% de los 5.400 millones de su presupuesto de funcionamiento.
Pero Trump amenaza con reducir drásticamente esos fondos, lo cual para el secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres, crearía “un problema irresoluble” para la institución.
“Ningún Estado miembro debería cargar de manera desproporcionada con la responsabilidad, ni militarmente ni financieramente”, dijo Trump este lunes, sentado entre Guterres y la embajadora estadounidense Nikki Haley.
Un total de 126 países se han sumado a una declaración de diez puntos impulsada por Washington que exige profundas reformas en la ONU.
Haley llamó a los 67 países que aún no la han firmado a apoyarla. Guterres, por su lado, destacó que la ONU ya trabaja en una agenda de reformas “amplias y audaces” en función de la gente.
La embajadora estadounidense fue la gran impulsora del recorte de 600 millones de dólares al presupuesto de las misiones de paz de la ONU este año.
– Corea del Norte, Venezuela, Irán y Birmania –
Este martes, al iniciarse la Asamblea General anual de la ONU en presencia de unos 130 líderes mundiales, dominada por la escalada nuclear y balística de Corea del Norte, la crisis en Venezuela, el acuerdo nuclear con Irán y la situación de los musulmanes rohinyá en Birmania, Trump volverá a tomar la palabra delante del célebre mármol verde.
Todos los ojos estarán puestos en el imprevisible presidente de Estados Unidos, para ver cómo compagina su política de “Estados Unidos primero” con el multilateralismo defendido por la ONU.
Trump se reunirá este lunes con el presidente de Francia Emmanuel Macron, que también hará su debut ante la Asamblea General de la ONU el martes, y con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
Se espera que tanto Macron como Netanyahu planteen el tema del futuro del acuerdo nuclear iraní, logrado en 2015. Francia lo defiende como “esencial”, mientras Israel busca derribarlo.
Trump amenaza con poner fin al pacto, que ha calificado como el “peor acuerdo jamás negociado”.
El presidente estadounidense también cenará con varios líderes de América Latina -entre ellos los presidentes de Brasil, Colombia, República Dominicana y la vicepresidenta de Argentina- para discutir la grave crisis política en Venezuela.
Las pruebas nucleares y de misiles de Corea del Norte estarán asimismo en la agenda. Los cancilleres tienen previsto debatir el refuerzo de sanciones contra Pyongyang durante una reunión del Consejo de Seguridad sobre la no proliferación que se celebrará el jueves.
El secretario de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Boris Johnson, será el anfitrión de un encuentro sobre la campaña militar en Birmania que Estados Unidos ha descrito como una “limpieza étnica” luego de que más de 400.000 musulmanes rohinyá fueran obligados a huir de sus hogares.
Asistirán a la cita un representante de Birmania y cancilleres de varios países “con un fuerte interés en que termine la violencia” en el país del sudeste asiático, dijo un diplomático británico.