Sea en Hollywood o en una barriada de Caracas, las mujeres deben romper el silencio y denunciar el acoso sexual, opinó Sthefany Gutiérrez, Miss Venezuela, segura de que el concurso de belleza es un alivio en medio de la crisis.
Estudiante de derecho, la joven de 18 años no ve diferencia entre los sonados casos del productor Harvey Weinstein y el actor Kevin Spacey y los que se presentan en la vida cotidiana en cualquier ciudad del mundo.
“La persona que se siente acosada sexualmente tiene que denunciar de inmediato, sea en la industria del entretenimiento o en la vida común”, dijo Gutiérrez en rueda de prensa, tras su elección la noche del jueves.
En su criterio, hay que vencer el miedo a las represalias y acudir a la justicia para que los responsables tengan castigo. “Muchas mujeres no lo denuncian por miedo a que esa persona le haga daño, la maltrate. Lo principal debería ser denunciarlo”, señaló junto a las finalistas del certamen, el mayor espectáculo de la televisión venezolana.
Notoriedad a nivel mundial
El tema del abuso ha ganado notoriedad mundial con el caso Weinstein y las numerosas acusaciones de acoso sexual contra grandes celebridades de Hollywood. Pero también el de la violencia contra la mujer, luego de que las concursantes del Miss Perú convirtieran sorpresivamente el concurso en una tribuna de denuncia contra ese flagelo.
“Ninguna mujer debería dejar pasar esto (los abusos) porque nosotras las mujeres merecemos respeto”, afirmó la reina venezolana, que representará al país en el Miss Universo 2018. La joven representante del estado Delta Amacuro (noreste) se expresó dichosa por la corona, que definió como “el sueño de toda niña venezolana”, y porque el concurso es un bálsamo para los venezolanos, aquejados por la escasez de alimentos y medicinas, una descomunal inflación y una alta criminalidad.
“Creo que le dimos una alegría a nuestro país en medio de esta crisis, en medio de tanto estrés”, resaltó. La modelo, una morena espigada y de cabello largo oscuro, también defendió la calidad de la gala, alejada de la fastuosidad del pasado cuando se realizaba en el Poliedro de Caracas, un gigantesco centro de espectáculos. Este año volvió a celebrarse en un estudio de televisión con capacidad para 300 espectadores.
“Contamos con talento nacional, un despliegue de personas que trabajaron por hacer un show que quedará para la historia, que demostrara que el Miss Venezuela es el concurso más importante del país”.