Una niña pequeña, que quedó con una mandíbula rota y cicatrices horribles después de que los perros le mordieron la cara, ahora usa selfies para ayudarla a aceptar su nueva cara.
Paige Woody, de 41 años, de Crestview, Florida, EUA, observó con terror cómo dos pitbulls agarraban a su hija, que entonces tenía cinco años, por la cara, desgarrándole la piel y dejando uno de sus ojos colgando.
Después de múltiples cirugías para reparar el daño, Zoey, ahora de seis años, está usando selfies para reparar su pérdida de confianza en sí misma.
“Se toma constantemente selfies de sí misma, toma alrededor de 30 por día mientras siente sus cicatrices e intenta sonreír”, relato su progenitora.
Agregó: “Se tira de la cara y hace cosas diferentes para tomar fotos para ver si se ve diferente y definitivamente es consciente de sus cicatrices”.
“Un par de veces me ha preguntado si era fea y, por supuesto, le digo que no es verdad y que es hermosa”, son las palabras de su familia para motivarla.