Esta canción, considerada en la actualidad como un verdadero clásico de la música de los 80’, lanzó a la fama a Cindy Lauper a principios de 1984 y trepó al primer lugar de las listas de numerosos países del mundo. El tema, que ganó mayor popularidad debido a su simpático video, es considerado como un alegre himno feminista (“las chicas sólo quieren divertirse”).