Ese aroma tan peculiar que producen las personas de la tercera edad es real afirman especialistas, y se comienza a producir desde los 30 años, señalaron científicos.
Pese a que ese fuerte aroma ha sido asociado por algunos con la falta de aseo este olor se debe a que “la piel se oxida continuamente y emite el 2-nonemal, una molécula que huele muy mal” indicó José María Antón, químico e integrante del Ministerio de Ciencia de España.
Antón añade que ese peculiar olor, no tiene nada que ver con el sudor u otros fluidos corporales ni tampoco con la suciedad exterior.
A los 30 o 40 años de edad comienzan a producirse los cambios hormonales de la madurez, como consecuencia un aumento en la producción de lípidos en la superficie de la piel. “De ahí que mucha gente diga que los ancianos tiene un olor más fuerte”.
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A esa edad es más fácil que “aumente exponencialmente esa peroxidación, se genera más 2-nonenal y el cuerpo huele cada vez peor, indica el profesional.
“Es ese olor desagradable que se nota en los asilos, por muy limpios que estén”, declaró en entrevista a el diario El País.
Una más
La buena noticia es que con la edad también viene la pérdida de capacidades olfativas.
A medida que envejecemos, vamos perdiendo capacidad olfativa. No olemos al vecino que huele mal, pero tampoco esas rosas recién cortadas del jardín.
A partir de los 70 la pérdida es tan notable que casi somos tan inmunes al mal olor como los niños menores de 8 años, que no se inmutan al entrar en el baño, ni se alteren con las ventosidades de sus amigos.
Con información de El País