El 23 de noviembre de 1991, Freddie Mercury, emitió un mensaje para sus fanáticos en donde afirmaba que era portador de VIH/Sida. Al día siguiente, falleció a la edad de 45 años.
Vuelve a brillar
El famoso vocalista de Queen vuelve a sonar en las diferentes emisoras radiales después del lanzamiento de la película “Bohemian Rhapsody“, que ha llevado a miles de fanáticos del cantante británico al cine.
El artista se enteró que padecía de SIDA en 1987. Tras la muerte de sus dos exparejas, el legendario vocalista de Queen había decidido hacerse análisis para saber si era portador del VIH. El resultado fue positivo, pero Freddie prefirió mantener en reserva su estado. Solo su entorno más cercano sabía de su situación.
Después de ausentarse de los escenarios, los medios internacionales empezaron a especular sobre su enfermedad. En un inicio, Mercury negó toda afirmación sobre la enfermedad, pero en 1990 fue publicado un artículo de The Sun, acompañado de una fotografía del artista donde lucía demacrado. Aun así él negó los rumores.
Cuando el cantante concluyó su trabajo con Queen en junio de 1991, se retiró a su casa de Londres. El 22 de noviembre de ese año, Mercury llamó a su manager para preparar un mensaje público con el cual aceptaría que tenía SIDA.
El mensaje fue publicado al día siguiente y decía: “Después de todas las conjeturas hechas por la prensa en las dos últimas semanas, deseo confirmar que fui diagnosticado VIH positivo y tengo SIDA. Sentí que lo correcto era mantener esa información privada, para proteger la privacidad de quienes me rodean. Pero ya es tiempo de que mis amigos y fans sepan la verdad y espero que se unan, a mis doctores y a todos los que están luchando alrededor del mundo contra esta terrible enfermedad. Mi privacidad siempre ha sido especial para mí y soy famoso por casi no dar entrevistas. Por favor entiendan que esa política continuará”.
Al día siguiente de haber emitido el mensaje, el 24 de noviembre de 1991, Freddie Mercury falleció a los 45 años, producto de una bronconeumonía.
En su testamento, Mercury regaló sus efectos personales a sus amigos, grabó una serie de videos sobre su enfermedad para que se emitieran tras su muerte y donó más de 30 millones de euros a la lucha contra el sida. Incluso dejó dicho la música que quería para su funeral, donde no faltó Barcelona.
Fuente: CNN y La Opinión
