El trastorno bipolar es una enfermedad mental grave y hereditaria de la que la sociedad conoce muy poco. Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, en torno a 60 millones de personas en el mundo padecen esta enfermedad. Afecta a los mecanismos que regulan el estado de ánimo y la persona que lo padece puede perder el control de sus emociones
El trastorno bipolar no solo influye en aspectos biológicos, sino también en aspectos psicológicos y sociales. Se dan tanto episodios de euforia como de depresión y se suele diagnosticar entre los 18 años y la mitad de la veintena. Las personas afectadas pueden llegar a tardar una media de cinco años en ser diagnosticadas.
Cómo se diagnostica
“En la mayoría de los casos, el trastorno bipolar comienza con síntomas depresivos y el paciente no es correctamente diagnosticado de depresión unipolar hasta que aparece la euforia, mediante síntomas maníacos o hipomaníacos”, explica el doctor José Manuel Montes.
Síntomas de episodios de manía
- Euforia o irritabilidad.
- Autoestima exagerada o sentimiento de grandeza.
- Disminución de la necesidad de dormir.
- Estado más hablador de lo habitual.
- Pensamiento acelerado.
- Facilidad de distracción.
- Aumento de la actividad.
- Participación excesiva en actividades placenteras o con riesgo.
- Gastos excesivos.
Síntomas de episodios depresivos
- Ánimo triste.
- Pérdida de interés o placer.
- Aumento o disminución del apetito.
- Pérdida o aumento importante de peso.
- Insomnio o hipersomnia (sueño excesivo).
- Agitación o enlentecimiento psicomotor.
- Fatiga o pérdida de energía.
- Sentimientos de culpabilidad o inutilidad.
- Disminución de la capacidad de pensar.
- Pensamientos de muerte recurrentes e ideas suicidas.
Durante los episodios depresivos o maníacos pueden aparecer síntomas psicóticos (alucinaciones o delirios).
Cómo se trata
Hay tratamiento farmacológico y psicológico.
Apunta al litio como tratamiento estándar porque es uno de los más utilizados y que mejores resultados ofrece cuando funciona. También, para tratar este trastorno cada vez se están empleando más los antipsicóticos.
Los efectos secundarios a largo plazo que pueda sufrir un paciente con el tratamiento son menores comparados con todos los problemas que puede conllevar el trastorno bipolar, y por ello, Montes dice que “no se ha de tener gran preocupación al respecto”.
Por otro lado, es recomendable que el paciente siga una psicoterapia ligada a la enfermedad.
Con información de EFE