La exposición prenatal y posnatal a diferentes componentes químicos –parabenos, ftalatos y sustancias perfluoroalquiladas (PFAS)– ocasiona una disminución de la función respiratoria infantil, según ha demostrado un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).
La investigación, que publica este miércoles la revista ‘The Lancet Planetary Health‘ y en la que ha colaborado el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia (Inserm) y otros equipos europeos, representa una de las primeras aproximaciones al concepto de exposoma.
El exposoma supone la exposición a un amplio rango de factores ambientales, como cambios en el clima, contaminación del aire en entornos urbanos y en la vivienda, o sustancias químicas a la que se ven supeditadas las personas en su día a día.
Buscan identificar el deterioro de la función pulmonar
“Este estudio es el primero en utilizar el enfoque del exposoma para identificar asociaciones entre la exposición prenatal e infantil a un rango de importantes factores medioambientales y el deterioro de la función pulmonar“, ha destacado la investigadora de ISGlobal y coordinadora del estudio, Martine Vrijheid.
El estudio, elaborado en el marco del proyecto europeo HELIX, ha evaluado los casos de 85 fetos durante el embarazo y 125 niños recién nacidos de seis países europeos y ha mostrado que la exposición prenatal a sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) -utilizados como protectores o repelentes de manchas y líquidos– se asociaba con una menor función respiratoria.
Se pueden generar medidas preventivas
El estudio lo comprobó haciendo espirometrías a los niños de entre 6 y 12 años a los que había analizado previamente cuando estaban en el vientre de su madre o recién nacidos.
En cuanto a la exposición durante la infancia, el estudio ha vinculado nueve productos con una peor función respiratoria en la infancia, entre ellos metabolitos de ftalatos -utilizados principalmente como plastificantes-, etilparabeno –usado en cosméticos– y el cobre.
Los resultados de este estudio suponen un nuevo “paradigma en la investigación de la salud ambiental –ha añadido Vrijheid– y tienen importantes implicaciones para la salud pública“ ya que se pueden generar “medidas preventivas destinadas a reducir la exposición a los contaminantes químicos identificados a través de una regulación más estricta“.
Con información de EFE
Edición: Sergio Méndez