De fotógrafo de guerra a ambientalista a fotógrafo. Esta es la historia de un hombre que perdió la pasión por su profesión y la logró recuperar
Sebastião Salgado es un fotógrafo de Brasil que con ayuda de su cámara documentó genocidios en Ruanda y Los Balcanes.
A mediados de los 90, Salgado se sentía física y mentalmente enfermo, algo que quizá se puede atribuir a lo que tuvo que presenciar. El fotógrafo había perdido la pasión que tenía por la fotografía y decidió volver a su lugar de origen.
Al regresar, Sebastião se impresionó de encontrar la tierra muerta e infertil. Lélia Wanick, la esposa de Salgado, tuvo la idea de reforestar y junto a su esposo se dieron a la tarea de recuperar la tierra plantando miles de árboles
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En su primer intento, cientos de brotes murieron. Sin embargo, Salgado y Wanick no se dieron por vencidos, siguieron intentándolo y al siguiente año la pérdida no fue tan cuantiosa. Ahora el problema era el financiamiento del proyecto. Para solventar la situación, el entonces ex fotógrafo de guerra decidió vender una de sus cámaras más valiosas y con el dinero obtenido, continuar con la recuperación de las tierras.
Con el pasar del tiempo, los árboles reverdecieron y le devolvieron a Sebastião Salgado su pasión por capturar imágenes en una cámara fotográfica, pero esta vez, con el lente apuntando hacia la naturaleza.