Este japonés demostró que cuando una relación acaba es momento de seguir adelante y convertirse en la mejor versión de uno mismo.
Algunos hombres se refugian en el alcohol, este hombre es la mejor prueba de que la vida no se acaba cuando el amor termina.
Shirapyon tenía un buen trabajo y estaba felizmente casado; pero un día su esposa lo abandonó sin motivos ni explicaciones; solo se fue y lo dejó solo.
Él pasó de ser un esposo contento a un hombre de mediana edad, calvo y triste.
Su primera reacción fue entregarse a las borracheras y pasó una temporada tomando licor, hasta que un día recordó que en su juventud había participado en competencias de fisicoculturismo.
Había dejado ese pasatiempo para convivir más con su esposa, pero como ella se había ido, pensó que podría volver a los gimnasios.
Cinco años después de su divorcio, el cambio de Shirapyon fue de 180 grados.
Encontró un nuevo trabajo en una empresa que vende equipo médico y convirtió su cuerpo en músculos.
Con ejercicio y una dieta sana, este hombre perdió más de 25 libras y se afeitó por completo la cabeza para aceptar de una buena vez su calvicie.
Su meta era regresar a las competencias de fisicoculturismo.
La primera vez que intentó volver no calificó para entrar, pero no se dio por vencido.
Siguió entrenando y en menos de un año cumplió su objetivo; ahora tiene más de cuatro años participando en competencias.
Ahora su pareja es una escultural modelo fitness, que comparte su estilo de vida y lo anima a seguir adelante.
También se divierte haciendo cosplay de Krilin, el monje shaolin de Dragon Ball.
Con información de Bored Panda