Los británicos iniciaron el lunes su largo último adiós a Isabel II, con una capilla ardiente en Edimburgo por la que desfilarán miles de personas, antes de su traslado a Londres para cinco días de homenajes y sus posteriores exequias.
Cuatro miembros de la Compañía Real de Arqueros, guardaespaldas de los monarcas en Escocia, guardaban las cuatro esquinas del féretro, que permanecerá expuesto durante 24 horas en la catedral Saint Giles de la capital escocesa.
Poco antes de las 20H00 (19H00 GMT), el rey Carlos III y sus hermanos Ana, Andrés y Eduardo se recogieron cabizbajos y en silencio durante unos 10 minutos junto al féretro de Isabel II, que falleció el jueves a los 96 años en su residencia escocesa de Balmoral.
Isabel II, en capila ardiente
Ante ellos, desfilaban las decenas de ciudadanos, algunos con lágrimas en los ojos, que quieren rendir un último homenaje a su reina durante siete décadas.
“La emoción me embargó por completo”, “me cuesta hablar”, aseguró a la AFP Iyan McCulloch, un jubilado de 62 años, tras salir de la catedral.
Para Jim Duffy, un jubilado de 73 años de Edimburgo, la experiencia fue “muy emotiva” pese a las varias horas de espera. “Elle cumplió con su deber y ahora necesita descansar en paz junto a su marido”, agregó.
El féretro llegó en la tarde desde el cercano Palacio de Holyroodhouse, escoltado por militares y con sus hijos detrás del coche fúnebre, encabezado por el rey de 73 años vestido con sus galas militares.
Sus hermanos Ana (72) y Eduardo (58) vestían también uniforme. Pero no así Andrés (62), considerado el “hijo predilecto” de Isabel II y a quien la monarca despojó hace meses de sus honores militares a raíz de acusaciones de agresión sexual a una menor en Estados Unidos, que se cerraron con un acuerdo extrajudicial.
Felipe VI y Letizia confirmados
Los restos mortales de Isabel II, cubiertos por el estandarte real escocés, flores blancas y la corona de Escocia, permanecerán en la catedral de Edimburgo hasta la tarde del martes, cuando un avión los traslade a Londres.
La capital se prepara para despedir a Isabel II en un funeral de Estado que tendrá lugar el lunes en la Abadía de Westminster. La víspera, se pedirá a los británicos que guarden un minuto de silencio, a las 20H00 (19H00 GMT) del domingo
Previamente, durante cinco días, los londinenses podrán despedirse de su reina en otra capilla ardiente abierta durante cinco días en la abadía. Se espera la presencia de 750.000 personas y hasta 8 kilómetros de cola.
“Es probable que la cola sea muy larga. Tendrán que esperar muchas horas, a veces de noche y con pocas oportunidades de sentarse”, advirtió el gobierno.
Las exequias de la soberana que vio pasar a 15 primeros ministros –el primero, Winston Churchill, nacido en 1874 y la actual, Liz Truss, nacida en 1975– contarán con la presencia de decenas de dignatarios mundiales.
El estadounidense Joe Biden confirmó su presencia a un evento que también debe contar con la presencia del presidente brasileño Jair Bolsonaro, y representantes de las monarquías de todo mundo.
España confirmó que estará representada tanto por los actuales reyes, Felipe VI y Letizia, como por los eméritos Juan Carlos y Sofía.
Las autoridades británicas pidieron a los invitados extranjeros que utilicen “cuando sea posible” vuelos comerciales y no jets privados para viajar a Londres, donde se usarán autocares en lugar de helicópteros y automóviles personales para sus desplazamientos, según documentos del ministerio de Relaciones Exteriores a los que tuvo acceso la publicación Politico.
“El peso de la historia”
Al tiempo que empezaba la despedida a la difunta monarca, Carlos III se afianza poco a poco como jefe de Estado y de la familia real.
Su hijo menor, Enrique, de 37 años, prometió el lunes “honrarle” en su nuevo papel, suavizando unas relaciones notoriamente tensas desde que él y su esposa Meghan abandonaron la monarquía en 2020 y se marcharon a California.
Además, el país continuó con el protocolo de instalación del nuevo rey que se reunió en Escocia con la jefa del gobierno regional, la independentista Nicola Sturgeon, y compareció ante el parlamento escocés.
Horas antes, Carlos III también se había dirigido por primera vez al parlamento británico en Londres. “No puedo evitar sentir el peso de la Historia que nos rodea”, afirmó ante los Lores y los Comunes reunidos en Westminster para una sesión especial.
Escocia, donde la desaparición de Isabel II relanza el debate sobre la secesión, que Sturgeon quiere someter a referéndum en 2023, es la primera etapa de una delicada gira por las naciones constituyentes del Reino Unido.
“El rey Carlos ama Escocia tanto como la reina”, pero “simplemente no tiene su autoridad”, advierte en las columnas del Daily Mail el periodista Andrew Neil, para quien la “Unión” corre ahora “más peligro”.
El martes será el turno de Irlanda del Norte, donde el partido Sinn Fein, que aboga por la reunificación con la vecina República de Irlanda, se ausentó del acto de proclamación del nuevo rey.
* Con información de agencia AFP.