Nahir Galarza, la joven de 19 años condenada el pasado julio por un tribunal argentino a perpetua por haber matado en diciembre a su novio Fernando Pastorizzo, de 20, con la pistola de su padre policía, ingresó hoy en una prisión de Paraná (Entre Ríos, centro este), donde cumplirá su condena.
Cadena perpetua por la muerte de su novio
Galarza llegó al centro penitenciario Número 6 de Paraná durante la mañana de este lunes, donde se le realizarán estudios psicológicos y psiquiátricos, según informó el diario Uno de Entre Ríos.
En una de las condenas más emblemáticas para el país suramericano, debido a la juventud de los implicados y al agravante del vínculo emocional que consideró por unanimidad el juzgado de la ciudad de Gualeguaychú, la joven cumplirá 20 años ya en prisión el próximo martes.
El pabellón en el que cumplirá su condena está todavía por determinar.
Por su parte, el director del Servicio Penitenciario de Entre Ríos, Marcelo Sánchez, aseguró que la joven podrá ejercer desde el centro su derecho a trabajar y estudiar, por lo que Galarza podría continuar sus estudios de Derecho.
“Las posibilidades están garantizadas para ella, como para todos los penados. No hay excepción en esto, siempre y cuando las autoridades educativas acepten a la misma como parte del cuadro estudiantil”, dijo.
Homicidio
El tribunal de Gualeguaychú consideró por unanimidad a Galarza “autora penalmente responsable del delito de homicidio calificado por ser una persona con la que mantenía una relación de pareja” desde hace cuatro años, a pesar de que ella alegó que su relación era “ocasional”.
La joven llevaba en prisión preventiva desde enero.
La sentencia determinó que la acusada utilizó un arma de fuego reglamentaria para “menoscabar” la vida de Pastorizzo, a quien disparó por la espalda “a quemarropa” mientras viajaban en una moto, tras lo que cuando el joven ya estaba “mortalmente herido” en el suelo, volvió a disparar contra él.
Asimismo, la sentencia afirmó que no pudo acreditarse que Galarza hubiera sido víctima de violencia de género, como alegaba su defensa. EFE