Algunas personas recurren a la cerveza para hidratarse después de hacer deporte, pero no ayuda en nada.
Los médicos tienen claro es que la ingesta moderada de alcohol no ayuda a la recuperación del organismo ni a mejorar el rendimiento deportivo de ninguna forma.
En otras palabras, tomarse una cerveza después de hacer deporte no hará nada, ni bueno ni malo.
En el peor de los casos, interferirá con su recuperación y algo aún menos deseable: inhibirá las funciones del organismo que permiten aumentar la masa muscular.
El alcohol, incluso en pequeñas dosis, no proporciona electrolitos.
Lo que hace es exactamente lo contrario, deshidratarlo.
Investigadores de la Universidad Northwestern descubrieron que la ingesta de alcohol suele ser mayor los días en los que se practica ejercicio.
La razón es que muchos deportistas lo usan como un premio a su esfuerzo.
Con información de Gizmodo