Cazadores de ratas. Fueron empleados en Europa para controlar la población de ratas. Corrían grandes riesgos de sufrir infecciones, pero ayudaron a prevenir la propagación de estos roedores y de las enfermedades que transmitían.
Colocador de bolos. Eran muchachos jóvenes, que trabajaban en las bolereas recogiendo los pinos que los clientes derribaban.
Despertador humano. Eran esencialmente las actuales alarmas, contratados para asegurarse de que la gente se despertara a tiempo para ir al trabajo. Usaban palos o piedras para llamar a las puertas y ventanas de sus clientes.
Ropavejero. Cuando era niña, al escuchar al ropavejero, mi mamá siempre me mandaba con alguna prenda, un par de zapatos viejos, mi tricilo oxidado, etc.
Cortador de hielo. Antes de que las tecnologías de refrigeración modernas se generalizaran, se podía encontrar a cortadores de hielo en los lagos congelados de los países nórdicos para que la gente pudiese utilizarlo en sus bodegas. Era un trabajo peligroso, a menudo en condiciones extremas.
Farolero. Personas que iban por la ciudad con un palo largo con una mecha en el extremo superior para encender las luces de las farolas, hasta que llegaron las lámparas eléctricas.
El afilador o amolador, es un comerciante ambulante, que ofrece sus servicios de afilar cuchillos, tijeras y otros instrumentos de corte. En Occidente, ya es historia la imagen del artesano recorriendo las calles del pueblo o la ciudad anunciando su paso con el “pito del afilador” o “chiflo”
Los operadores telefónicos. Los telefonistas eran una parte integral del funcionamiento de una red telefónica antes de que la tecnología moderna los volviera obsoletos. Conectaban las llamadas de larga distancia y tenían otras funciones que ahora se hacen de forma digital.