En la tragedia ocurrida por la erupción del Volcán de Fuego, muchas personas perdieron a sus familiares, amistades, hogares y hasta mascotas. Justo esto fue lo que le pasó a la pareja originaria de San Jacinto; Bernardo Larios y su esposa.
La esposa de Larios perdió a ocho integrantes de su familia, entre ellos, dos mujeres embarazadas. Además, esta pareja pertenecía a la Iglesia de Dios Misionero y según Larios, 47 personas de la congregación siguen desaparecidas. “El Señor dice que hay que darle gracias a Dios por todo. Y yo eso sigo haciendo, a pesar de que algunos ya están descansando, mientras que nosotros sufriendo”, añadió.
“Sentí un dolor inmenso cuando mi esposa me llamó y me dijo que todo había desaparecido”, le decía Larios al periodista de Emisoras Unidas, Henry Montenegro. El originario de San Jacinto, el día de la erupción, iba manejando un bus de regreso a casa, pues estaba haciendo una excursión con 14 jóvenes más. “Yo no sabía cómo calmarlos cuando empezaron a llorar por sus familiares perdidos”, agregó.
Pensó dormir en la calle o en un autobús
Lo primero que hizo Larios fue llevar a los jóvenes a un albergue en Escuintla, pero se le fue negada la entrada porque ya no cabían más personas en él. “Entré en un momento de desesperación, no sabía si dormir en el bus con ellos o en la calle, no teníamos hogar”, explicaba. Según Larios, una persona de buen corazón perteneciente al albergue número tres de la colonia Hunapú, les ofreció techo, comida y ropa, y es ahí donde se encuentran ubicados actualmente.
“No estamos pidiendo edificios, estamos pidiendo un techo donde vivir”
De acuerdo a su testimonio, Larios no comprende por qué el presidente Jimmy Morales dice que no tiene dinero para ayudar a los damnificados a conseguir un nuevo hogar. “No estamos pidiendo edificios, estamos pidiendo un techo donde vivir. Cuando el Señor Presidente necesitaba nuestro voto ahí estuvimos, y ahora él… nos está dando la espalda”, concluyó.
Con información de Henry Montenegro y Manuela Trillos / Fotogalería Herlindo Zet