Hace más de 25 años, el australiano Ken Allen donó esperma y es padre de 11 personas, sin contar a los tres hijos que tuvo con su esposa. Tras conocer a cuatro de ellos, ahora intenta encontrar al resto para advertirles sobre un problema de salud hereditario.
¿De qué padece?
Allen es un director de escuela jubilado, de 59 años, que decidió convertirse en donante de semen motivado por el deseo de ayudar a parejas con problemas para concebir. Esto con la aprobación de su esposa.
Aunque el proceso de donación es anónimo, Ken dejó un mensaje dirigido a sus posibles hijos, en el que los invitaba a buscarlo cuando tuvieran la edad adecuada.
En 2014, Allen se enteró de sus 11 hijos desconocidos mediante un llamado telefónico de la clínica de fertilización asistida en Melbourne, donde había donado su semen. Desde la institución, le comunicaron que su esperma ayudó a engendrar a dos mujeres y nueve varones.
Tras recibir la noticia, Allen pudo conocer a Chloe Allworthy, una de sus hijos de 25 años, y con ayuda de ella, logró localizar tres hijos más: Robert Gyamathy, Melissa Millar y Nathan Coff. Ahora busca localizar a los siete restantes para advertirles que sufren el riesgo de padecer el mal de Parkinson, una afección que le fue diagnosticada hace cuatro años.
La finalidad de Ken además de conocer a sus hijos y tal vez nietos, es que tomen sus precauciones ya que podrían padecer de esta enfermedad.
https://youtu.be/EElCj8NjGxo