El defensa y capitán del Real Madrid Sergio Ramos, que llegó a Emiratos Árabes Unidos el domingo con sus compañeros, recordó que el Mundial de Clubes es un torneo corto en el que “no hay margen de error”.
“Es una competición corta y no hay margen de error. Es una semifinal y una final y queremos volvernos con el título para casa”, afirmó en declaraciones a la web de la FIFA publicadas este lunes.
“Nuestro objetivo siempre es ganar. Esa es la mentalidad de este club”, apuntó.
Ramos ganó en tres ocasiones con el equipo blanco el Mundialito, la primera en el año 2014 en Marruecos, donde fue galardonado además con el Balón de Oro al mejor jugador del torneo, lo que hace que para él sea la edición más especial.
“Más allá del reconocimiento individual, también por cómo se dio. Pude hacer gol en la semifinal, pero me lesioné. Parecía que no iba a llegar a la final y finalmente pude jugar infiltrado y volví a marcar. El equipo ganó y la verdad que tengo un recuerdo muy bonito, muy especial”, relató a la Federación Internacional de Fútbol.
El Real Madrid llega al torneo en medio de una situación convulsa por el descontento de los hinchas y su irregularidad de los últimos meses. Pese a ello, el jugador andaluz espera que su equipo vuelva a coronarse campeón para cerrar un 2018 en el que el equipo tocó cima con la conquista de la Liga de Campeones europea el pasado mes de mayo en Kiev.
“El Mundial del Clubes es un premio a la temporada que se ha hecho el curso anterior. Te da esa oportunidad de reivindicarte como campeón del mundo y es una experiencia muy bonita”, se ilusionó.
El estreno del Real Madrid en el Mundial de Clubes será el miércoles en Abu Dabi contra el Kashima Antlers japonés. En caso de victoria, esperaría en la final del sábado 22 el River Plate argentino o el Al Ain emiratí.
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