Descrito como un “sheriff” que todo lo quiere controlar y sugerido como inminente técnico del París Saint-Germain, Mauricio Pochettino se labró una reputación de entrenador y constructor de proyectos de bajo coste en el banquillo del Tottenham (2014-2019), multiplicando las hazañas hasta alcanzar una final de Liga de Campeones en 2019.
Hombre carismático y con carácter, el exdefensa argentino (48 años), que vistió durante dos años la camiseta del PSG, transformó el plomo en oro en los ‘Spurs’, desarrollando un juego atractivo y haciendo crecer a muchos jugadores jóvenes.
Pochettino es quizá el perfil ideal para dar un nuevo impulso a un PSG finalista de la Liga de Campeones en agosto en Lisboa pero paralizado desde entonces por sus lagunas y su excesiva dependencia de sus estrellas Neymar y Kylian Mbappé. Sin embargo, el argentino no ha levantado todavía ningún título, una carencia que debería subsanar rápidamente con el PSG.
¿El método de este hijo de agricultores originario de Murphy, cerca de Rosario (norte de Argentina)? Trabajo duro y exigencia constante que le valieron el apodo de “sheriff” desde sus inicios como técnico en el Espanyol (2009-2012).
“La personalidad de Pochettino inyecta adrenalina en todos los jugadores”, resumió para la AFP Joan Collet, expresidente del Espanyol.
En 2009, el exdefensa central de los ‘Pericos’ (1994-2001 y 2004-2006) y del París SG (2001-2003) todavía estaba aprendiendo como adjunto del equipo femenino del Espanyol cuando lo llamaron para dirigir al primer equipo, en ese momento colista de LaLiga.
– Gusto enfermizo por el detalle –
El primer milagro: pese a su inexperiencia, el exinternacional (20 partidos con la Albiceleste) vuelve a motivar a los jugadores, que son en su gran mayoría excompañeros, suma 25 puntos de 30 posibles en las últimas diez jornadas y salva al club, en cuyo banquillo permanecerá cuatro años.
“Su secreto fue levantarnos la moral”, explica Javi Chica, jugador del Espanyol en aquel momento. “Como bueno argentino, sabe motivar a los demás, tocar la fibra sensible”.
El estilo ‘Poche’ ya está en marcha: una visión de conjunto para el club y un gusto enfermizo por el detalle, quizá heredado de su mentor Marcelo Bielsa, como cuando hizo cerrar el centro de entrenamiento ‘perico’ para poder trabajar a salvo de las miradas.
Hasta el punto de que sus hombres se ven a veces “excesivo” en su empeño… Como cuando le pasó un jabón a un joven jugador del Espanyol por haber querido comer un helado.
En 2004, tras una experiencia francesa en París y en Burdeos (2003-2004), Pochettino, defensa sólido, acepta bajarse sensiblemente su salario para regresar al Espanyol, entonces en apuros.
Desde entonces, el cuadro blanquiazul le reconoce como uno de los suyos. Y este padre de dos niños, gran amante del vino, todavía pasa temporadas en su casa de Barcelona.
Limones en su despacho
Despedido por el Espanyol en 2012, el DT renace en el Southampton en 2013, donde mantiene al club en la Premier League y lo guía posteriormente a una meritoria octava posición la temporada siguiente. Su buen papel le propulsa en 2014 al Tottenham, para construir a largo plazo. En 2015 pierde la final de la Copa de la Liga inglesa y termina subcampeón liguero en 2017.
Los ‘Spurs’ se modelan a su imagen: tras estar cerca de la eliminación en la ‘Champions’ de 2019 en fase de grupos, cuartos y semifinales, el equipo, muy motivado, supera todos los obstáculos para alcanzar la final. Es esa alma la que tendrá que aportar al PSG, habituado a los desengaños europeos en los últimos años.
“Haber conducido al club (Tottenham) a la final de la ‘Champions’ es un milagro. Nadie creía en nosotros al inicio de temporada”, saboreó Pochettino en 2019, sin fichar a nadie en los dos ‘mercatos’ anteriores.
Clasificando casi cada año al equipo para la Liga de Campeones, el argentino hizo eclosionar a una gran generación de jóvenes futbolistas, de Harry Kane a Dele Alli.
Un aspecto positivo para el PSG, que tiene mucho talento en categorías formativas pero que apenas puede llegar al primer equipo, poblado por las estrellas reclutadas a precio de oro.
Todo ello con un juego “a lo Bielsa”, caracterizado por la presión intensa y el movimiento constante, y una fe manifiesta en “la energía universal”, una suerte de sexto sentido que le hace colocar limones en su despacho para “absorber la mala energía”.
No obstante, sigue habiendo una duda: ¿conseguirá Pochettino el constructor lograr un rendimiento inmediato en un club donde los dirigentes cataríes son famosos por su poca paciencia?