La ciudad de Vilna, capital de Lituania, sede de la cumbre de la OTAN, acogerá el miércoles una reunión entre el presidente de EE. UU., Joe Biden, y su homólogo de Ucrania, Volodimir Zelenski, para hablar de medidas de seguridad adicionales que la alianza transatlántica puede ofrecer a Kiev.
El martes, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, descartó una entrada inmediata de Ucrania a la alianza, debido al conflicto abierto por la invasión rusa, que “llevaría a la OTAN a una guerra contra Rusia”. Sullivan aseguró que existe “mucha buena voluntad” dentro de la organización transatlántica respecto a la voluntad de Kiev, pero que “la pregunta es cuál es el camino”. “Creo que podemos llegar a un buen entendimiento” al respecto, pero “no puedo ponerle un calendario”, dijo.
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— NATO (@NATO) July 11, 2023
Inicia cumbre de la OTAN
De su lado, Ucrania criticó abiertamente la tibieza de la OTAN, en el marco del inicio de la cumbre de dos días de la alianza militar en Lituania. En Kiev, el presidente Zelenski criticó la “incertidumbre” y la “debilidad” de la OTAN con relación a la adhesión de su país a la alianza transatlántica. Para Zelenski, esa actitud estimula el “terror” ruso.
El mandatario ucraniano elevó así al tono en varios decibelios, un día después de afirmar que “Ucrania merece estar en la alianza”, aunque reconoció que “ahora no, porque ahora hay guerra”.
A pesar de las diferencias internas sobre el asunto, la OTAN pretende mostrarse unida en su apoyo a Ucrania. “Vamos a enviar un mensaje claro, un mensaje positivo, sobre el camino que tenemos por delante”, dijo el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Jens Stoltenberg.
Moscú, de su lado, arremetió contra el tenor de la cumbre de Vilna, y afirmó que la cita, que sigue “muy de cerca”, tiene “un fuerte carácter antirruso”.
*Con información de AFP