El joven futbolista noruego Andreas Schjelderup, actual jugador del Benfica, se encuentra en el centro de un serio escándalo luego de admitir públicamente que, en 2023 y con apenas 19 años, reenvió un vídeo con contenido sexual explícito en el que aparecían menores de edad. El caso ha generado un fuerte impacto tanto en el entorno del jugador como en el panorama del fútbol europeo, especialmente por la gravedad del delito y por la relevancia del deportista dentro del club portugués.
A través de un comunicado publicado en su cuenta de Instagram, Schjelderup explicó los hechos y asumió su responsabilidad. Según su relato, recibió un vídeo corto y lo envió a un amigo sin prestar atención al contenido completo. "Solo vi los primeros segundos y no vi cómo se desarrollaba", afirmó. El futbolista añadió que su amigo le advirtió rápidamente sobre la ilegalidad de compartir ese tipo de material, lo que lo llevó a eliminar el archivo de inmediato. Aun así, Schjelderup reconoce que su acción constituye una falta grave y que deberá enfrentar las consecuencias legales correspondientes.
¿Qué pasará con el futbolista noruego?
El atacante también utilizó su mensaje para ofrecer disculpas públicas a todas las personas afectadas por el incidente. "Quisiera pedir disculpas, en primer lugar, a los afectados por el vídeo. Luego, a mis amigos, familiares, empleadores, mi país y a todos los aficionados a quienes he decepcionado", expresó.
El jugador admitió que ha sido acusado formalmente en Noruega y que es muy probable que reciba pronto una condena condicional, conforme a la legislación vigente. En este país, la difusión de contenido sexual que involucre a menores es un delito grave que puede acarrear penas de hasta seis años de prisión, según el código penal reformado en 2015.
A pesar de la complejidad del caso, Schjelderup ha recibido el respaldo institucional de su club. Rui Costa, presidente reelecto del Benfica, declaró que el equipo apoyará al futbolista en este proceso: "El propio jugador ya ha asumido su responsabilidad. Schjelderup hizo algo que reconoce que no debió haber hecho. Conociéndolo, no lo hizo con mala intención, pero lo hizo".
El caso seguirá desarrollándose en los tribunales noruegos, mientras Schjelderup intenta recomponer su imagen pública y continuar su carrera profesional bajo una enorme atención mediática. Su situación plantea una reflexión más amplia sobre la responsabilidad digital, el uso adecuado de las redes sociales y la necesidad de educación sobre los riesgos legales y éticos en la era de la comunicación instantánea.



