El incremento de la desertificación de ciertos ecosistemas ya de por sí áridos acerca al ser humano a un futuro en que polvaredas portadoras de bacterias y otros patógenos afectarían a la salud humana, afirma hoy a Efe la bióloga Gabriela Jiménez.
La académica del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sostiene que “esa desertificación va a hacer que la tierra tenga polvaredas, más nubes de polvo que van afectar a la salud de los humanos en forma de muchas alergias y enfermedades respiratorias de muchos tipos”.
Este polvo es capaz de transportar polen, diminutos fragmentos de minerales, bacterias e inclusive restos de excrementos de animales que, según Jiménez, son portadores de gran cantidad de enfermedades.
La desertificación es un proceso “que sucede en las zonas semiáridas, áridas y un poquito subhúmedas” de algunas zonas del norte de México, especialmente en los estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango, Tamaulipas y Zacatecas.
“Estas zonas son naturales así, son las que están en peligro de la desertificación; es decir, que pierdan todavía más agua y que se pierdan especies importantes como las cactáceas, y por supuesto un montón de animales asociados a ellas”, explica.
Agrega que la población de organismos vivos en estos ecosistemas es aproximadamente de 22 millones. “No estoy hablando nada más de mamíferos pequeños o reptiles, sino de un montón de insectos, un montón de aves y un montón de mamíferos de mediano tamaño, como por ejemplo las cabras”, precisa.
Uno de los principales hechos que contribuyen a esta desertificación es la extracción ilegal de plantas -como el peyote o pequeños matorrales con espinas- que se lleva a cabo en los magnas zonas desérticas de México.
Fuente: EFE Noticias