Las concesiones forestales que durante años velan por uno de los últimos pulmones ambientales de América, la Reserva de la Biosfera Maya de Guatemala, son un modelo de conservación y éxito comandado por las comunidades locales que sirve como ejemplo para el futuro.
Así se desprende del estudio “Las concesiones forestales en Petén, Guatemala: Un análisis sistemático del desempeño socioeconómico de las empresas comunitarias en la Reserva de la Biósfera Maya”, un documento al que ha tenido acceso la Agencia ACAN-EFE.
Este escrito, un estudio científico de las 12 concesiones comunitarias y de las empresas forestales comunitarias asociadas, estuvo liderado por Bioversity International y se realizó entre 2014 y 2018 con el apoyo de otras organizaciones, como Rainforest Alliance, el Centro para la Investigación Forestal Internacional, el Consejo Nacional de Áreas Protegidas, la Asociación de Comunidades Forestales de Petén y otras entidades.
Instituto Nacional de Bosques y el Consejo Nacional de Áreas Protegidas colocan el marchamo para la comercialización supervisada del pinabete. El objetivo indicaron es reducir el impacto de su venta ilegal sobre todo en el Occidente del país. Vía: Alberto Chaclán. pic.twitter.com/2geqM46rDD
— Emisoras Unidas (@EmisorasUnidas) November 20, 2018
Una de las conclusiones
Una de sus principales conclusiones es que las concesiones comunitarias en Petén “representan un modelo de gobernanza del bosque que durante más de dos décadas ha sido el pilar principal para su conservación en la Zona de Uso Múltiple de la Reserva de la Biosfera Maya (RBM)”, con importantes beneficios para las comunidades forestales, la región y la sociedad.
En las nueve concesiones comunitarias activas, la devolución de los derechos de aprovechamiento y manejo de recursos forestales ha permitido a las comunidades generar “impactos positivos a nivel social, económico y ambiental”.
Estas concesiones, que en su conjunto ocupan más de 350 mil hectáreas (el 44 por ciento de la extensión de la Zona de Uso Múltiple), muestran tasas de deforestación cerca de cero, muy por debajo de las tasas de deforestación en la Zona Núcleo (1 por ciento por año) y la Zona de Amortiguamiento (5.5 por ciento por año) de la Reserva.
Las tasas de deforestación en las tres concesiones inactivas, las cuales ocupan menos de 50 mil hectáreas (6 por ciento de la extensión de la Zona de Uso Múltiple), también han sido elevadas (con un promedio de 1.8 por ciento por año), lo que refleja “el incumplimiento de las estipulaciones de los contratos de concesión” o del plan de manejo.
Pero estas tres áreas, continúa, tenían varias características que las colocaban en desventaja desde el inicio, como una baja disponibilidad de especies maderables de alto valor comercial, tal como caoba o cedro; una población compuesta mayormente por migrantes recientes, con poca trayectoria en la extracción de productos forestales y la discontinuidad de asistencia técnica que inicialmente fue provista por ONG y proyectos de desarrollo.
Los pinabetes de esta finca en Jalapa están autorizados a la venta por @inabguatemala y @CONAPgt En ese bosque fue encontrado un pinabete que, según un experto, tiene 400 años. @PublinewsGT pic.twitter.com/QMtuxRfCLF
— Juan Carlos Ramírez (@JRamirez_PN) November 16, 2018
Una mirada al futuro
Es por ello que el documento, con una “mirada al futuro”, destaca la importancia de “adecuar las estrategias para la recuperación y rehabilitación de las concesiones inactivas”, así como la asignación de las áreas no concesionadas, los medios de vida de las poblaciones interesadas y las limitaciones en la disponibilidad de productos maderables y no maderables de valor comercial.
Estas estrategias, explica, deben de incluir opciones complementarias a las actividades forestales para asegurar medios de vida sostenibles a largo plazo, con opciones específicas para las mujeres y los jóvenes.
Las nueve concesiones activas dan “ejemplos claros” para identificar opciones viables de cara al futuro del manejo y la conservación del bosque, dada su capacidad de adaptarse a cambios dinámicos, y advierte que estos aprendizajes serán útiles para analizar la gobernanza en otras áreas con miras a garantizar la integralidad del bosque.
Con respecto a los beneficios sociales y económicos de estas poblaciones, el documento señala que el capital humano de las familias se ha fortalecido (el 100 por ciento de los niños acuden a la escuela formal) y que las mujeres tienen cada vez una mayor participación en estas labores.
Manejo Sostenible de los Bosques y Múltiples Beneficios Ambientales Globales tuvo como objetivo fortalecer procesos de gestión de suelo, bosques, conservación de la biodiversidad y servicios ecosistémicos, agua y aprovechamiento de desechos, en regiones del Suroriente y Altiplano pic.twitter.com/JnpTQpRqGK
— Ministerio Ambiente y Recursos Naturales (@marnguate) November 20, 2018
Concesiones forestales comunitarias
El estudio abarca las 12 concesiones forestales comunitarias para las cuales el Consejo Nacional de Áreas Protegidas otorgó entre 1994 y 2002 derechos de aprovechamiento y manejo de recursos a 12 empresas forestales comunitarias como representantes legales de las organizaciones de base comunal.
En la actualidad, de las 12 concesiones comunitarias nueve se encuentran activas, pero el ente estatal rescindió el contrato de dos concesiones y suspendió el plan de manejo en otra debido al incumplimiento con las estipulaciones de los contratos establecidos.
Las concesiones han sido otorgadas para un ciclo de 25 años, con posibilidad de prórroga, pero la mayoría de las concesiones comunitarias llegará pronto al fin de este plazo y este documento, según explica, busca aportar evidencia científica sobre el desempeño socioeconómico de las mismas para los procesos de deliberación sobre el futuro de las concesiones comunitarias.
Con información de agencia ACAN-EFE