Quito – La colada morada es una portentosa bebida caliente – elaborada con frutos y hierbas de los páramos andinos – que se sirve en esta época con las tradicionales “guaguas” de pan, en homenaje a los difuntos que aún buscan su lugar en la mesa de las familias ecuatorianas.
De origen precolombino, según algunos historiadores, la colada morada, semejante a un espeso comeibebe, y las “guaguas” (niñas, en quichua) de pan, rellenas de mora o chocolate, forman parte del sincretismo religioso católico y la cosmovisión andina.
Sólo en esta época, cuando se junta la llegada de las lluvias a la sierra andina ecuatoriana y el católico Día de los difuntos (2 de noviembre), se prepara este rico potaje que se extiende por todo Ecuador, parte de Perú, Bolivia, el sur de Colombia y el norte de Argentina.
Las ‘guaguas’ de San Juan
Pero si de tradición se trata, las “guaguas” de pan de Manuela Cobo también merecen estar en el podio, ya que ella representa a la tercera generación de una familia especializada en esta elaboración. Su hija, que la acompaña siempre, representa la cuarta generación de la estirpe panadera.
Ella es propietaria de la tradicional “Panadería San Juan”, una famosa tienda por sus “quesadillas” de pan fino, una rica pasta que en esta época se rinde ante las “guaguas”.
Se prepara con “una masa muy rica y fina”, que antiguamente se amasaba con manteca de cerdo, pero que ahora usa mantequilla, señaló al recordar que ella conoció del oficio cuando su abuelo era quien elaboraba el pan.
Con información de Fernando Arroyo León / Agencia EFE