El pueblo católico de Costa Rica celebra a la Virgen de Los Ángeles, patrona de este país centroamericano. Cada 2 de agosto, miles de devotos asisten a la romería en la basílica ubicada en la ciudad de Cartago. Este año, se conmemoran los 385 años de la aparición de la Virgen en dicha ciudad.
Sin embargo, frente a la pandemia del Covid-19, las tradicionales actividades fueron suspendidas. Únicamente se llevan a cabo los eventos que no involucren la asistencia de fieles en masa. Los ticos siguieron vía redes sociales la novena a la Reina de los Ángeles. Además, también se facilitaron las eucaristías y tours a la basílica.
Protocolo para la comunión
La eucaristía solemne de este domingo fue transmitida en la página de Facebook de la Basílica Nuestra Señora de Los Ángeles en Cartago. Desde el inicio de la celebración se observó que todos los participantes, sacerdotes y obispos utilizaron mascarillas o caretas como protección facial por el Covid-19.
Además, se observó que las bancas el templo no fueron utilizadas en su totalidad. Solo una persona fue asignada por banca. Asimismo, llamó la atención el protocolo que se siguió en el momento de la comunión.
El sacerdote se colocó frente a un marco de madera que tenía una barrera de plástico transparente. Los fieles hicieron una fila, tomando distancia. Al llegar frente al celebrante, acercaron sus manos y recibieron la hostia consagrada.
Sobre la Virgen de los Ángeles de Costa Rica
La imagen es pequeña y está hecha de roca volcánica, grafito y jade. Su color es negro y por ello a la Virgen se le llama cariñosamente “La Negrita”.
Fue en un lugar llamado Puebla de los Pardos, donde luego se construiría la Basílica de Cartago. Según la tradición, el 2 de agosto de 1635 una mujer de nombre Juana Pereira vio sobre una roca una imagen de María con el Niño Jesús en brazos.
Se cuenta que la mujer trasladó la imagen a varios lugares, incluyendo una parroquia de la zona a pedido de un sacerdote. Sin embargo la imagen solía desaparecer y volvía a aparecer sobre la roca de la primera aparición. Entonces, el pueblo se dio cuenta que el deseo de la Madre de Dios era que se construyera un templo en aquel lugar.
Primero se construyó una ermita y luego la Basílica. Se empezó a difundir entre la población la veneración a Nuestra Señora de los Ángeles, por haberse aparecido el día en que la Iglesia Católica la celebra.