Hace más de un año que la vida cambió aún más para un grupo de personas de la tercera edad que se dedica a vender paletas y helados en carretillas en distintos puntos de la ciudad capital, el motivo: la pandemia Covid-19.
Si el negocio ya se encontraba con dificultades, con la llegada de la enfermedad y las restricciones que impidieron a estas personas salir a las calles a ganarse el sustento diario, la situación se tornó más complicada.
Sobreviven al Covid-19
Sin embargo, y aunque la mayoría ya puede tener acceso a la vacuna gratuita contra el Covid-19 debido a su grupo etario, no todos han sido inmunizados.
“Hemos ido varias veces a centros y los rechazan o nos dicen que ya no hay vacunas”, aseveró María Isabel Grajeda, fundadora de la iniciativa “Abuelitos heladeros”, la cual fue creada en junio del año pasado derivado de las restricciones gubernamentales.
De los 17 hombres que conforman la agrupación, solamente cinco han sido vacunados.
#AHORA A pesar de ser personas vulnerables al contagio de Covid-19, de las 17 personas de la tercera edad que conforman la iniciativa “Abuelos Heladeros”, solamente 5 han logrado vacunarse, así lo dio a conocer María Isabel Grajeda, fundadora de esta iniciativa | Vía @EBercian_PN pic.twitter.com/z1RNXWrJRv
— Emisoras Unidas (@EmisorasUnidas) June 17, 2021
No todos han sido vacunados
Según comenta Grajeda, por casualidad se enteró de la precaria situación de estas personas quienes permanecían en una situación complicada y lo peor, sin poder salir a las calles a vender sus productos.
“Hay personas que tienen más de 20 años de vivir acá, solo tenían un catre, dormían en el suelo y no tenían donde sentarse a comer, se empezó a arreglar aquí para que ellos tuvieran un lugar digno donde vivir”, comenta.
Sin embargo, a pesar de que aún no han sido inmunizados y con la intención de resguardar la salud de los abuelos heladeros por un posible contagio, el proyecto incluye los tratamientos, exámenes y hospitalizaciones como también la venta a través de redes sociales y la entrega a domicilio de los helados.
“Los fondos se empezaron a acabar en diciembre, vendimos canastas navideñas, en febrero cajas de día del cariño, en mayo por el día de la madre, lo que sea que nos ayude a recaudar fondos”, agrega Grajeda.
Abuelitos heladeros
- Don Pedro Osoy, de 76 años, se dedicaba a vender helados en las calles desde 1968, oficio que hasta el momento intenta realizar. No obstante, ha mostrado su felicidad por haber recibido la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19. Antes de la pandemia se levantaba temprano para recorrer las zonas 7 y 8 en una carreta de helados que pesa alrededor de las 200 libras. Comenta que el mayor obstáculo que ha tenido que pasar durante la pandemia es el no poder salir a vender a las calles, pero agradece la ayuda que ha recibido a través de la campaña “Abuelitos heladeros”.
- Durante 40 años, el trabajo de heladero ayudó a Francisco Capriel de Paz, de 70 años, a sacar adelante a sus 4 hijos. Comenta que su ruta diaria era recorrer zona 1 y zona 2 de la ciudad. Actualmente Francisco tiene 18 nietos. Coincide con su compañero heladero lo difícil que fue durante la pandemia no salir a vender a las calles por las restricciones para contener el virus del Covid-19.
- Alfredo de León Calderón tiene 73 años y 30 años de vivir en el depósito donde se guardan las carretas de helados. Su labor desde ese tiempo había sido cuadrar las cuentas de sus demás compañeros al finalizar la jornada. Tiene tres hijas y siete nietos que viven en Villa Nueva y las ve una vez por semana. En agosto próximo recibe la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19. Alfredo señala que el mayor reto durante la pandemia fue el encierro por las restricciones que el gobierno decretó.
- Marcelo Paniagua, de 70 años, se dedica a vender helados desde los 12 años. Tuvo 9 hijos, actualmente le quedan 7. Tiene 22 nietos y dos bisnietos. Su mayor reto desde que inició la pandemia fue ya no poder asistir a los servicios de la iglesia a donde asistía.
* Con información de Edwin Bercián.