El presidente Joe Biden dijo el jueves que está “considerando” un boicot diplomático de Estados Unidos a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín, como se lo vienen pidiendo diversos actores políticos en el país.
Eso es “algo que estamos considerando”, dijo Biden a los periodistas mientras se reunía con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín se llevarán a cabo del 4 al 20 de febrero próximo.
Varios halcones republicanos han instado a Biden a que anuncie un boicot total, tanto de parte de las autoridades y de las competencias deportivas, para denunciar la represión de los musulmanes uigures en Xinjiang, China, calificada de “genocidio” por el gobierno de Estados Unidos.
Muchos funcionarios tanto del gobierno como de la oposición, incluida la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el senador republicano Mitt Romney, abogan por este boicot diplomático.
“Tengo la esperanza de que el gobierno envíe un mensaje contundente al Partido Comunista de China sin castigar a los atletas estadounidenses”, dijo Romney el martes.
China había protestado enérgicamente cuando Nancy Pelosi defendió esta medida en mayo.
La decisión de boicotear los Juegos podría conducir a un nuevo aumento de las tensiones diplomáticas entre las dos superpotencias, pocos días después de la cumbre virtual entre Biden y su homólogo chino, Xi Jinping, que supuestamente establecería “salvaguardias” para evitar que sus numerosas diferencias degeneren en conflicto.
Desde hace meses, el gobierno estadounidense busca la mejor manera de posicionarse frente a los Juegos de Invierno de febrero organizado por un país al que acusa de perpetrar un “genocidio” contra musulmanes uigures.
Varias organizaciones de derechos humanos acusan a Pekín de haber internado al menos a un millón de musulmanes en Xinjiang en “campos de reeducación”.
Las autoridades chinas denuncian sistemáticamente “la injerencia” de los occidentales que condenan esta situación, asegurando que son “centros de formación profesional” para apoyar el empleo y combatir el extremismo religioso.
El Washington Post informó el martes, citando fuentes cercanas al asunto, que se espera que la Casa Blanca anuncie próximamente su decisión. El diario precisa que el presidente Biden debería “aprobar” a finales de noviembre el boicot, que le fue recomendado formalmente por sus asesores.