La esperanza de encontrar más supervivientes se desvanecía este jueves en las zonas afectadas por el potente terremoto en Turquía y Siria, uno de los más mortíferos en décadas en la región, mientras la cifra de muertos superaba los 20 mil. Los últimos balances daban cuenta de 20 mil 451 fallecidos, 17 mil 134 en Turquía y 3 mil 317 en Siria. A ello hay que sumar las pérdidas económicas que, según la agencia de calificación Fitch, probablemente pueden “superar los 2 mil millones de dólares” y “podrían alcanzar los 4 mil millones de dólares o más”.
Además, unos 23 millones de personas están “potencialmente en riesgo, incluidos unos cinco millones de personas vulnerables”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), que teme una grave crisis sanitaria, con enfermedades como el cólera, que causaría aún más daños que el propio terremoto.
Los equipos de rescate continúan la búsqueda de miles de personas que se sospechan continúan atrapadas entre los escombros, pero el optimismo mengua ante las gélidas temperaturas y la superación del plazo de 72 horas, que se considera crucial para salvar vidas.
En la ciudad turca de Antakya, los supervivientes buscaban a sus familiares difuntos entre bolsas mortuorias depositadas en un estacionamiento convertido en una morgue improvisada. “Encontramos a mi tía, pero no a mi tío”, dijo con voz ahogada Rania Zaboubi, una refugiada siria, que perdió a ocho familiares.
Ayuda humanitaria
Hasta este jueves, el noroeste de Siria, controlado por los rebeldes, no recibió su primer convoy de ayuda internacional a través del paso fronterizo de Bab al Hawa, el único autorizado para estos envíos desde Turquía.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, instó el jueves al Consejo de Seguridad a autorizar la apertura de nuevos puntos fronterizos entre Turquía y Siria para entregar ayuda humanitaria de la ONU a las víctimas del terremoto.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó que la entrega incluye mantas, colchones, tiendas de campaña y artículos básicos de socorro para cubrir las necesidades de al menos 5 mil personas.
Aunque era un paquete de asistencia previsto desde antes del sismo, “podría considerarse una respuesta inicial de Naciones Unidas y debería continuar, como nos prometieron, con convoyes más grandes para ayudar a nuestra gente”, dijo Mazen Alloush, responsable del paso fronterizo.
*Con información de AFP