Guatemala llegó al Mundial de Futsal 2024 con grandes expectativas, aspirando a consolidarse como una de las selecciones emergentes en esta disciplina. Sin embargo, su participación en el torneo terminó en una dolorosa eliminación tras una humillante derrota ante Venezuela en la última jornada de la fase de grupos. El equipo guatemalteco, quedó fuera del torneo celebrado en Uzbekistán, en un partido donde los errores mentales y la falta de carácter en los momentos decisivos se hicieron evidentes.
Guatemala llegaba a su último partido de la fase de grupos con la posibilidad real de clasificar a la siguiente ronda como uno de los mejores terceros lugares. Para ello, necesitaban una victoria contra Venezuela con al menos dos goles de diferencia, un reto que, sobre el papel, parecía alcanzable, dado que ambas selecciones compartían un nivel de competencia similar. No obstante, la situación dentro de la cancha fue muy diferente a lo esperado.
#VamosGuate | ❌ ¡ELIMINADOS! Guatemala fue goleado por Venezuela en la última jornada del Mundial de Futsal y se despide del torneo con 0 puntos y una diferencia de goles de -12 🇻🇪🆚🇬🇹 pic.twitter.com/76nolpNYMV
— Emisoras Unidas Deportes (@EUDeportes) September 22, 2024
Guatemala fue ampliamente superada por Venezuela
Desde el inicio del encuentro, Venezuela mostró mayor ambición y determinación. El equipo vinotinto, consciente de sus propias posibilidades de avanzar en el torneo, salió decidido a asegurar una victoria contundente. Esta actitud se vio reflejada en su juego, donde dominaban en lo físico y lo mental, dejando a Guatemala sin respuestas claras.
La “Azul y Blanco”, por su parte, se mostró apática y superada en todas las facetas del juego. Los jugadores guatemaltecos parecían faltos de confianza, sin la intensidad necesaria para afrontar un partido tan importante. Mientras Venezuela atacaba con agresividad, Guatemala se mostraba incapaz de generar peligro y, peor aún, cometía errores defensivos que costaron caro.
El contraste en la cancha fue evidente. Venezuela, que también tenía la necesidad de ganar para mantener vivas sus aspiraciones, jugó con convicción y confianza, presionando alto y aprovechando los espacios que dejaba la defensa guatemalteca. En cambio, Guatemala se vio desbordada en cada rincón de la cancha, sin ideas claras y con una falta de liderazgo preocupante.
Los guatemaltecos parecieron incapaces de manejar la presión del momento. La falta de agresividad en los duelos individuales y la pasividad en la toma de decisiones en momentos clave del juego permitieron que Venezuela controlara la mayor parte del partido. Con un equipo mentalmente abatido, el resultado final fue una derrota que, más allá del marcador, reflejaba un equipo que no pudo competir al nivel requerido en un torneo mundialista.
Para Guatemala, esta eliminación es un duro golpe y un recordatorio de los problemas que históricamente han aquejado a su selección de futsal en los torneos internacionales. Los fantasmas de los mundiales pasados regresaron en el peor momento, una vez más dejando al equipo sin poder avanzar más allá de la fase de grupos.
El principal factor de este fracaso radicó en la falta de preparación mental para enfrentar la presión. Si bien el talento individual en la selección guatemalteca no es despreciable, la incapacidad de manejar situaciones de alta tensión y las desconcentraciones en momentos clave llevaron a una eliminación que duele por lo inesperada.
La historia de Guatemala en los mundiales de futsal sigue marcada por las dificultades para dar ese salto cualitativo que permita competir de manera constante contra selecciones de nivel similar o superior. A pesar de haber alcanzado el torneo mundial, la realidad es que, una vez más, el equipo no logró capitalizar las oportunidades que se le presentaron.