Detrás de Avatar: Fuego y Cenizas existe un universo tan sorprendente como el que llegará a la pantalla. La nueva entrega de la exitosa saga creada por James Cameron no solo promete una experiencia visual sin precedentes, sino que esconde datos curiosos.
Los datos revelan la magnitud del proyecto y el nivel extremo de detalle con el que fue concebida. Uno de los aspectos más llamativos de la película es la dimensión humana de la producción.
Más de 1.500 personas formaron parte del equipo en Nueva Zelanda, consolidando a la película como una de las producciones más grandes jamás realizadas en ese país. Este esfuerzo colectivo fue clave para una cinta que prácticamente vive dentro del mundo digital, ya que de los más de 3.300 planos que la componen, solo siete no cuentan con efectos visuales, lo que equivale a apenas 11 segundos de metraje real.
El trabajo técnico es tan descomunal que casi toda la película depende de los efectos visuales. Más del 90 por ciento de estos fueron desarrollados por el mismo estudio, acumulando más de 176 minutos de imágenes creadas digitalmente.
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Para lograr este nivel de realismo, el equipo perfeccionó herramientas de simulación de agua, logrando transiciones más naturales entre neblina, rocío y superficies líquidas, un avance que llevó la tecnología cinematográfica a un nuevo nivel. El fuego se convierte en un elemento central y una curiosidad clave de esta entrega de la saga.
La película incluye más de mil planos con efectos digitales de fuego, superando cualquier registro previo dentro de la franquicia. Desde flechas encendidas hasta explosiones gigantes y tornados de fuego, cada detalle fue diseñado para integrarse de forma creíble con los personajes y escenarios.
El vestuario también esconde cifras sorprendentes. Desde 2017, el equipo creativo elaboró más de 8.000 bocetos para dar identidad a nuevas tribus y personajes. Se confeccionaron miles de piezas entre vestuarios completos, accesorios y pelucas hechas a mano.
Un detalle que no pasa desapercibido es el atuendo del líder de los Comerciantes del Viento, el cual incluye exactamente 803 piezas decorativas entre cordones y cuentas.



