El Papa Francisco rechazó los lujos del Vaticano
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Francisco, el Papa que rechazó los lujos del Vaticano

El pueblo católico lo recordará como hombre que al frente de la iglesia católica mostró bondad, amor y misericordia con los más necesitados.

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Papa Francisco, Instagram
Papa Francisco / FOTO: Instagram

El Papa Francisco, nacido como Jorge Mario Bergoglio el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina, fue una figura transformadora en la Iglesia Católica y en el escenario mundial.

Cuando fue elegido como Sumo Pontífice en marzo de 2013, el Papa Francisco marcó importantes hitos en la historia de la Iglesia católica.

Al asumir su mandato, decidió recibir a sus cardenales de manera informal y de pie, en lugar de sentarse en el trono, rechazó la limusina papal e insistió en compartir el autobús que llevó a otros cardenales de regreso a casa.

"Me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres", remarcó.

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Papa Francisco - Instagram

Un año más tarde, Francisco, que con su nuevo nombre rindió homenaje a San Francisco de Asís, el predicador del siglo XIII famoso por su austeridad, era escogido por la revista Time como "la persona del año".

El mundo tenía los ojos puestos en él.  Jorge Mario Bergoglio subió al trono de San Pedro decidido a cambiarlo.

Para dar ejemplo, fue un Papa sin lujos que eligió no vivir en el Palacio Apostólico del Vaticano -que incluye a la Capilla Sixtina-, sino en la residencia de Santa Marta, al lado, donde vivía en un pequeño departamento de tres ambientes.

Creía que cualquier otra cosa sería vanidad.

"Mira el pavo real", dijo, "es hermoso si lo miras de frente. Pero si lo miras desde atrás, descubres la verdad".

Pocos saben que los miércoles, cuando tenía la audiencia general, y los domingos, cuando rezaba el Ángelus, él almorzaba en el comedor de Santa Marta.

"Pero no iba a la misma hora que almorzaban todos los prelados, sino una hora antes, con los mozos y los cocineros, y él mismo se servía su comida, como si fueran una familia", revela.

Su legado

En sus sermones, el Papa Francisco llamaba a la inclusión social y criticaba a los gobiernos que no prestaban atención a los más pobres de la sociedad.

"Vivimos en la parte más desigual del mundo, que ha crecido más, pero que ha reducido menos la miseria", denunció en más de una oportunidad.

Al Papa Francisco se le reconoce también por incentivar y privilegiar el diálogo.

Trabajó intensamente con miembros de otras iglesias, hizo grandes esfuerzos para sanar la brecha milenaria con la Iglesia Ortodoxa Oriental y convenció a los líderes israelíes y palestinos de que se unieran a él para orar por la paz.

Durante su papado, llamó la atención sobre los migrantes que llegaban en botes a Europa y comparó los centros de detención de inmigrantes en ese continente con campos de concentración.

De hecho, su primera visita oficial como Papa fue a la isla italiana de Lampedusa, donde cada año llegan miles de personas desde las costas africanas.

Y, como latinoamericano de habla hispana, brindó un servicio crucial como mediador cuando el gobierno de Estados Unidos avanzó hacia un acercamiento histórico con Cuba, bajo el gobierno de Barack Obama (2009-2017).

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