Un equipo de arqueólogos dio a conocer el descubrimiento de un altar esculpido de casi 1 mil 500 años de antigüedad, en el sitio arqueológico La Corona, en Guatemala, que explica los inicios de la expansión de la Dinastía Kaanul, también conocida como “Reino Kan”.
Este hallazgo, el más antiguo hasta la fecha en este sitio ubicado en el departamento norteño de Petén, fue dado a conocer este miércoles en el Museo Nacional de Arqueología y Etnología, donde actualmente se exhibe el altar.
Un nuevo rey de La Corona
El director del Middel American Research Instituto de la Universidad de Tulane y codirector del Proyecto Regional Arqueológico La Corona, Marcello A. Canuto, explicó que el altar permite identificar “un nuevo rey de La Corona, quien tuvo importantes relaciones con Dzibanche, capital del reino Kaanul, y con la cercana ciudad de El Perú-Waka'”.
Por su parte, el director del Centro de Investigaciones Arqueológicas y Antropológicas de la Universidad del Valle de Guatemala y también codirector del mismo proyecto, Tomás Barrientos, señaló que los reyes Kaanul dominaron, durante gran parte del período clásico, casi todo el territorio de las Tierras Bajas Mayas.
“Este altar contiene información sobre su primera estrategia expansiva en el sexto siglo d.C., mostrando que el sitio La Corona jugó un papel importante en este proceso”, explicó.
El Sitio Q
Por varias décadas el sitio La Corona fue conocido como el enigmático “Sitio Q”, de donde fueron saqueados muchos monumentos esculpidos y cuyo origen quedó esclarecido hasta hace solo quince años.
A partir de 2008, Canuto y Barrientos han dirigido las investigaciones en esta importante y misteriosa ciudad Maya a través de un programa multidisciplinario que incluye excavaciones arqueológicas, lectura de inscripciones jeroglíficas, estudios regionales mediante imágenes lidar y diversos análisis de laboratorio.
El 13 de junio de 2017, durante unas excavaciones a cargo de los arqueólogos María Antonieta Cajas y Alejandro González, el altar se halló muy bien preservado, en el interior de un pequeño templo del grupo llamado “Coronitas”.
El Altar
El altar consiste en una roca caliza de 1 metro con 46 centímetros de largo por 1 metro con 20 centímetros de ancho, y está tallado con un relieve muy profundo que muestra la imagen de un rey sentado de perfil mirando hacia la izquierda.
Con sus brazos carga un cetro con la efigie de una serpiente de dos cabezas, de las cuales emergen dos caras humanas que han sido identificadas como dioses patrones de La Corona.
“En tiempos prehispánicos, cada ciudad maya contaba con sus propios dioses ancestrales, y este altar muestra a un gobernante de La Corona conjurándolos”, indicó David Stuart, director del Mesoamerica Center de la Universidad de Texas en Austin,
La imagen está acompañada por una columna de jeroglíficos que registran el final de un período de medio-katun en el calendario conocido como Cuenta Larga, que corresponde al 12 de mayo de 544 d.C.
Chak Took Ich’aak
El texto también identifica al protagonista del altar como un gobernante de La Corona previamente desconocido, llamado Chak Took Ich’aak, quien fue un personaje clave en la expansión de Kaanul en esta región.
“Es muy relevante que 20 años después de invocar los dioses ancestrales de La Corona, este mismo rey y su hijo aparecen como soberanos de la cercana y más grande ciudad de El Perú-Waka’ después que Kaanul la había dominado”, dijo Canuto.
El nuevo altar indica, entonces, que el mismo gobernante que gobernaba La Corona a mediados del siglo VI fue instalado y promovido al trono de la ciudad de El Perú-Waka’ como parte de la expansión política de Reino Kaanul.
“Este nuevo altar confirma la importancia que adquiere La Corona en la estrategia geopolítica de los Kaanul, que tuvo como resultado la conquista de su principal rival, la ciudad de Tikal, en el año 562 d.C.”, indicó Barrientos.