Albert Flick es un anciano de Maine, Estados Unidos, que en 1979 fue sentenciado a pasar 25 años en prisión por haber apuñalado a su esposa hasta matarla. Cumplió su condena completa y fue liberado en el 2004 a los 62 años.
Luego, en el 2010, Flick volvió a ser arrestado por agredir a una mujer. Regresó a la cárcel, pero en el 2014 fue liberado. El juez que llevó su caso no hizo caso de las recomendaciones que le hacían de darle una condena más larga; creía que este viejo, entonces de 72 años de edad, ya había pasado mucho tiempo en prisión y que no podría hacer más daño. Pero se equivocaba y ese error costó otra vida.
En el 2018, Albert comenzó a acosar a Kymberley Dobbie, una mujer de 48 años, madre de gemelos de 11 años y sin hogar. El ex convicto de la tercera edad frecuentaba los albergues y casas de ayuda que ella frecuentaba con su familia.
El viejito se había enamorado de Kymberley, pero un día descubrió que ella se iría de la ciudad. Según el asistente del fiscal general, Bud Ellis, su pasión amorosa se convirtió en una obsesión estilo si no puedo tenerla, tendré que matarla.
Flick compró un par de navajas y espero para encontrarla en una lavandería, donde la apuñaló frente a sus hijos. Ese local contaba con cámaras de seguridad, así que el crimen premeditado quedó grabado en video y fue mostrado como evidencia al jurado.
En el juicio no tardaron ni una hora en declarar culpable a Flick, quien al principio se presentó como un hombre inocente, alegando locura. Pero las pruebas estaban en su contra y fue encarcelado de nuevo para que esperar su sentencia.
Por el delito de homicidio, su sentencia no puede ser menor a los 25 años y en realidad no le han dado cadena perpetua. Parece que todavía le tienen consideración por ser una persona de la tercera edad, aunque ya ha demostrado varias veces que es un anciano peligroso.
Tomando en cuenta sus 77 años y que mínimo debe cumplir 25 años en prisión, lo más probable es que Flick pase el resto de sus días en la cárcel.