Involucrar a los niños en las tareas del hogar tiene muchos más beneficios de los que hasta el momento muchos pensaban. Colaborar con los oficios de la casa permite a los más pequeños adquirir no solo responsabilidades, también desarrollan valores y destrezas para ser exitosos en la adultez.
Al pedirle a un menor que doble su ropa o permitirle colaborar en la limpieza del hogar estamos asegurándonos de que triunfen en la vida. Así lo aseguró Julie Lythcott-Haims, exdecana de estudiantes de primer año en la Universidad de Stanford.
“El estudio longitudinal más largo de seres humanos jamás realizado se llama Harvard Grant Study. Encontró que el éxito profesional en la vida (…) viene de haber hecho quehaceres de niño”, reveló durante una TedTalk. “Y cuanto antes empezaste, mejor”.
“Todos sabemos esto y, sin embargo, en la infancia marcada, absolvemos a nuestros hijos de hacer el trabajo de las tareas del hogar y luego terminan como adultos jóvenes en el lugar de trabajo esperando una lista de verificación, pero no existe”, aseguró.
Lo que es más importante, carecen del impulso, el instinto para arremangarse y colaborar y mirar a su alrededor y preguntarse, ¿cómo puedo ser útil para mis colegas? ¿Cómo puedo adelantarme unos pasos a lo que pueda necesitar mi jefe?”, ilustró.
Cinco beneficios para los niños y adultos
De acuerdo a la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente (AACAP), las investigaciones señalan que incluir a un niño en las tareas rutinarias pero necesarias del hogar apropiadas para su edad tiene beneficios desde la temprana edad de tres años. ¿Se lo imaginaba?
De acuerdo con esta organización, los menores adquieren una serie de capacidades al ser parte activa de las actividades del hogar:
- Habilidades de gestión del tiempo
- Desarrollar destrezas organizacionales
- Aceptar la responsabilidad en la familia
- Aprender a equilibrar el trabajo y el juego desde temprana edad
- Establecer una buena base para ser independiente
“Los niños que realizan tareas pueden exhibir una mayor autoestima, ser más responsables y estar mejor equipados para lidiar con la frustración, la adversidad y la gratificación retrasada. Estas habilidades pueden conducir a un mayor éxito en la escuela, el trabajo y las relaciones”, añade la AACAP.