Una turba enardecida de la aldea Xémal, en Colotenango, Huehuetenango, tomó la justicia a mano propia y lincharon a Selvin Pérez Morales, Samuel Domingo Godinez y Ovidio Méndez Gabriel, señalados de secuestrar y desaparecer el cuerpo de un niño identificado como Freddy Eliseo Méndez Pablo, de 11 años.
El 12 de agosto, la Policía Nacional Civil (PNC) tuvo conocimiento, a través de familiares, del secuestro de un niño de 11 años, por quien sus plagiarios exigían a familiares Q150 mil por la liberación. Desde esa fecha realizaron las investigaciones para encontrar al menor y dar con los responsables.
Los secuestradores enviaban fotografías con el niño, portando armas de fuego y constantemente amenazaban con matarlo si no les brindaban el dinero, según las autoridades. Fue hasta la tarde del lunes 22 de agosto, que las fuerzas de seguridad realizaron operativos y capturaron a los tres hombres antes mencionados.
Los individuos fueron llevados a la subestación de la PNC a donde los pobladores llegaron y lograron sacar a uno de los capturados, siendo llevado a la aldea Xémal, donde lo quemaron, debido a que confesó que el niño ya estaba muerto. Los vecinos, regresaron a la sede policial y lograron sacar a los otros dos individuos, los subieron a un carro y luego les prendieron fuego.
El niño que fue secuestrado y posteriormente asesinado, estudiaba el cuarto año primaria, en la Escuela Oficial Rural Mixta del Caserío Tuitzquián de aldea Xémal.
Investigación
La Fiscalía contra Secuestros y agencias fiscales de Huehuetenango llevan a cabo las investigaciones por el crimen de un menor. El Ministerio Público (MP) confirmó que por la desaparición y secuestro del niño se emitió una alerta Alba-Kenneth, quien pasó desaparecido por seis días.
Las hipótesis de las autoridades que investigan el caso, es que existió complicidad con familiares cercanos para realizar el secuestro, debido a que el padre se encuentra laborando en los Estados Unidos y enviaba dinero para la construcción de una casa y era guardado en el propio domicilio, por lo que los secuestradores contaban con dicha información y era el dinero que solicitan para liberarlo.