La regla del ‘fair play’ financiero de la Premier League ha sido un tema candente en los últimos días, generando controversia y cuestionamientos sobre su relevancia en el panorama actual del fútbol. Aprobada en febrero de 2013, la normativa permite a los clubes acumular pérdidas de hasta 105 millones de libras en un período de tres años, imponiendo sanciones económicas o deportivas en caso de exceder este límite. Sin embargo, las recientes acusaciones contra el Everton y el Nottingham Forest han avivado el debate sobre la adecuación de esta regla, que parece no haber evolucionado al ritmo del fútbol moderno.
El Everton, afectado anteriormente por el Fair Play Financiero, se encuentra nuevamente en el punto de mira debido a las pérdidas acumuladas en las últimas cuatro temporadas. Lo mismo ocurre con el Nottingham Forest, ambos enfrentando acusaciones de irregularidades financieras por parte de la Premier League en un caso recientemente abierto. Una comisión independiente deberá emitir un veredicto antes del 8 de abril, determinando posibles sanciones en caso de culpabilidad.
Nottingham Forest and Everton have been referred to an independent commission over an alleged breach of the Premier League’s profitability and sustainability regulations (PSR).#NFFC | #EFC
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— The Athletic | Football (@TheAthleticFC) January 15, 2024
La Premier Legue en el ojo del huracán
El Wolverhampton Wanderers también se pronunció sobre las restricciones financieras, destacando la necesidad de deshacerse de jugadores para cumplir con la normativa. En un giro adicional, el Chelsea está bajo investigación por presuntamente falsear cuentas para evadir el Fair Play Financiero, y el Manchester City enfrenta 115 acusaciones, con fecha de juicio aún por revelar.
La raíz del problema radica en que las reglas actuales del ‘fair play’ fueron aprobadas por los propios clubes de la Premier en 2013, y desde entonces, el escenario del fútbol ha experimentado una transformación significativa. Los fichajes astronómicos de hoy contrastan con los de 2013, donde Eden Hazard, el fichaje más caro, costó 35 millones de libras al Chelsea. En cambio, el último verano vio transferencias como la de Moisés Caicedo al Chelsea por 120 millones de libras.
El crecimiento del poder adquisitivo en el fútbol, impulsado por los derechos televisivos que pasaron de 1.000 millones a 6.700 millones de libras entre 2007-2011 y 2025-2029, respectivamente, resalta la obsolescencia del límite del ‘fair play’. Aunque la inflación en el Reino Unido aumentó un 33% en una década, la Premier League ha descuidado una reforma integral.
El economista especializado en fútbol, Kieran Maguire, destaca que si los límites del ‘fair play’ se hubieran ajustado a la inflación desde 2013, los clubes podrían perder hasta 218 millones de libras en tres años. Esta cifra habría eximido al Everton de sanciones en la temporada 2021-2022.
En este contexto, con tres clubes enfrentando acusaciones, es imperativo que la Premier League y sus equipos consideren una revisión de la normativa. La legislación actual solo perpetúa las brechas entre los grandes y los pequeños, limitando las aspiraciones de clubes como el Aston Villa de Unai Emery, que luchan por alcanzar la élite. La voz de los equipos podría ser clave para reformar un sistema que necesita evolucionar con los tiempos, asegurando un juego financiero más equitativo y sostenible en la Premier League.