Ser infiel es un tema que despierta curiosidad y polémica en Guatemala y en todo el mundo. Aunque no existen estadísticas oficiales que midan con precisión quién engaña más a su pareja, estudios internacionales y la percepción social apuntan hacia una tendencia clara.
Según se ha dado a conocer en esos estudios, los hombres son más infieles que las mujeres. Sin embargo, el panorama no es tan sencillo, pues factores culturales y sociales influyen directamente en cómo se vive y se interpreta este fenómeno.
En el ámbito global, encuestas como la General Social Survey en Estados Unidos han revelado que entre el 18% y 20% de los hombres admiten haber sido infieles, frente a un 10% a 13% de las mujeres. Estos datos reflejan una brecha que también se observa en Latinoamérica, donde el machismo y los dobles estándares de género han permitido que la infidelidad masculina sea vista con mayor tolerancia que la femenina.
En Guatemala, especialistas en relaciones de pareja coinciden en que la cultura machista juega un papel central. Mientras que la infidelidad masculina suele justificarse o minimizarse, las mujeres enfrentan un estigma social mucho más fuerte.
¿Quién es más infiel?
Para muchas guatemaltecas, admitir una infidelidad implica arriesgar su reputación e incluso su seguridad dentro de la relación. Por esta razón, aunque las cifras muestran que los hombres son más infieles, existe la posibilidad de que muchas mujeres oculten este comportamiento por temor al señalamiento.
En encuestas sobre relaciones de pareja en Guatemala, una gran parte de la población considera la infidelidad como una de las principales causas de ruptura.
No obstante, también se señala que muchas veces los hombres son "perdonados" con más facilidad que las mujeres en situaciones similares, reforzando la desigualdad en torno al tema. En conclusión, aunque las estadísticas internacionales y la percepción social apuntan a que los hombres son más infieles que las mujeres en Guatemala, la brecha se reduce poco a poco.



