Alrededor de un centenar de guatemaltecos salió a la calle para protestar contra la corrupción del Gobierno de Jimmy Morales y pidió a la población no ser “espectadores” ni “títeres” de esta situación.
Durante un pequeño recorrido que duró menos de una hora, desde el Ministerio de Gobernación hasta la Plaza de la Constitución, el grupo de manifestantes gritó consignas contra el presidente y sus ministros mientras demandaba justicia, seguridad, educación o salud.
Con velas y tambores
La protesta, convocada por varios colectivos urbanos con velas, antorchas, banderas y tambores, estaba encabezada por un gran cartel en el que se criticaba a “los títeres del payaso”, en alusión a las “marionetas” de Morales, que serían sus ministros de Interior y Exteriores, Enrique Degenhart y Sandra Jovel, respectivamente, y la fiscal general, Consuelo Porras.
Entre las pancartas también había una que alertaba a las mujeres de una “zona de peligro” con la cara del presidente, haciendo así referencia a acusaciones de presunta violación y acoso contra Morales, aunque supuestamente no hay todavía un denuncia en firme.
Leen manifiesto
En el manifiesto, leído ante un Palacio Nacional de la Cultura custodiado por una decena de agentes, los colectivos pidieron la renuncia del gobernante, exhortaron a la población a estar “alerta” y dijeron que el pueblo está “cansado” e “indignado” de tanta corrupción, “negligencia” y violación de los derechos humanos.
“Ya no aguantamos”, gritaban, acompañados de tambores mientras reiteraban su “rechazo” contra el acoso y la violencia contra la mujer, pedían reparación digna y justicia para los afectados por la erupción del volcán de Fuego y criticaban un supuesto debilitamiento de la policía para militarizar la seguridad ciudadana.
El Congreso no se escapa
En sus críticas también estuvo presente el Congreso, al que acusaron de imponer un agenda con leyes regresivas y a favor de la corrupción, y pidieron a las autoridades apoyar la labor de la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG).
Algunas de las consignas coreadas en el trayecto y frente al Palacio tildaban al gobernante de “patán”, pésimo actor, mentiroso y traidor.