La contaminación que producen las toneladas de basura y de desechos sólidos, junto a la deforestación, están acabando con la flora y la fauna del río Motagua, la cuenca hidrográfica más extensa de Guatemala que tiene a su ecosistema en riesgo.
La variedad de especies de animales y plantas que enriquecían la diversidad de esta zona, fuente de alimentación para la población a través de la pesca o el riego para cultivos, han quedado atrás.
Causas del deterioro
Los ancianos de diferentes regiones coinciden en que la situación del agua del río Motagua, la flora y la fauna de sus alrededores, ha cambiado drásticamente con el tiempo.
En la década de 1970 el caudal era tan cristalino que hasta se podían ver las piedras y los peces en el fondo. Era un lugar de recreación y de paseo, hasta navegable.
Gerardo Paiz, de Madre Selva, comenta que en los recorridos que hicieron para elaborar el estudio pudieron constatar que en la mayoría de lugares las personas usaban el agua hasta para beber.
Los habitantes añoran su pureza
Ahora, en cambio, los habitantes añoran la pureza del caudal en el que convivían una gama de especies de peces y otros animales: anguilas, camarones, cangrejos, mojarras, jutes (caracoles de agua dulce) y hasta garzas, gavilanes, palomas cantadoras, patos, pericas, zanates, codornices… Todos son ahora solo un recuerdo para los ancianos.
Antes los bosques eran abundantes y la cuenca se caracterizaba por tener grandes y antiguos árboles, entre ellos de cedro y caoba, considerados como las maderas preciosas de Guatemala.
El río ha perdido el 50 por ciento de su caudal, que atraviesa 12 de los 22 departamentos que tiene Guatemala desde el oeste hasta llegar al mar del Atlántico.
Según Madre Selva, las 79 municipalidades que integran la cuenca del río Motagua deben implementar planes de saneamiento de aguas residuales y de los desechos sólidos no biodegradables.
Con información de Oscar René Oliva / ACAN-EFE